Digno heredero del Cinema Novo Brasilero (su padre Glauber Rocha fue uno de sus precursores) Eryk construye desde su film Breve Miragem de Sol un tortuoso recorrido de su protagonista (Fabricio Boliveira) por la noche carioca intentando sobrevivir en una ciudad amenazante desde lo social donde las posibilidades de sobrevivir son limitadas.
A través de sus viajes como chofer de taxi nocturno se van desgranando las pequeñas historias de vida que condensan un claro foco de la realidad brasilera, descarnada, violenta e individualista, desde las despreocupaciones de un par de jóvenes alcoholizados por los agobios que el sistema inyecta a sus criaturas hasta quienes se enmascaran en lo ficticio para poder sobrevivir a sus deudas y los ajetreos diarios de quienes deben lidiar con las muertes cotidianas gratuitas.
Paulo, su protagonista, se ve privado de ver a su hijo por decisión materna, debiendo enfrentar una inusitada violencia que lo acorrala a tener que realizar un trabajo muy mal pago para poder sobrevivir, y con escasos puntos de goce en el cotidiano, donde todo es noche y oscuridad.
No es casual que la única toma que permite un poco de aire sea la que reúne a este chofer con su eventual compañera frente al mar, serenos, dejándose abrazar por su oleaje y pudiéndose conectar a través del roce de sus cuerpos.
Son notables las filmaciones de masas, donde se hace foco en enfrentamientos callejeros a la salida de una cancha de fútbol, advirtiéndose que este film mixtura la ficción con el documental.
Son destacables asimismo la fotografía de Miguel Vassy, el montaje de Renato Vallone y el sonido de Federico Billordo que aciertan en la construcción del retrato de una sociedad vertiginosa, cambiante e impiadosa.
POR QUE SI:
» Retrato de una sociedad vertiginosa, cambiante e impiadosa «