El ocaso de una diva
El regreso de la “Coca” Sarli al cine y el debut de Isabelita "Coquita" Sarli resultan los principales atractivos de Mis días con Gloria (2009), película que cruza el género policial con el melodrama, y tiene un sin fin de homenajes y citas cinematográficas. Realizada íntegramente en la ciudad de San Luis y dirigida por Juan José Jusid, el film cuenta con el protagonismo de Luis Luque y la participación del conductor televisivo Nicolás Repetto.
Es de noche y llueve, un asesino en decadencia (Luis Luque) se encuentra en penumbras con un vaso de whiky en su habitación. Espera el llamado de una mujer, a la que recibe luego en su habitación. A ella no la vemos en su totalidad. Por distintos y pequeños planos sexys y cuidadosos nos aventuramos a decir que es Isabel “La Coca” Sarli nuevamente en la pantalla seduciendo al protagonista masculino de turno. Pero no; es Isabelita "Coquita" Sarli, su hija, y mediante este juego de imágenes hará su presentación en la pantalla grande junto a su madre que, si bien no actúa en esa escena, está presente metafísicamente.
Con este planteo inicial Jusid –que realiza el film por encargo- nos trae un relato que juega con el texto “Sarli” en todas sus posibilidades. Y no es el único texto previo que utiliza para armar su película, la idea de El ocaso de una vida (Sunset Boulevard, 1950) ronda toda la historia, trasponiendo la imagen de Gloria Swanson a la de Isabel (el personaje de Isabel se llama Gloria), sobre todo hacia el final cuando el melodrama se impone definitivamente y Gloria accede a fragmentos de sus películas, de sus días de gloria.
En la estructura policial que la película mantiene hay un vuelco por la oscuridad de los personajes. El rostro de Luque, que deambula como el asesino conflictuado, le da la estética sórdida al film. Estética que se contrapone con un par de escenas de persecusiones automovilísticas que despliegan la espectacularidad de una película de acción, rompiendo con el registro propuesto, incluso dándole una estética ligada más a las producciones Clase B.
A pesar de ello, la Clase B no sería un inconveniente siendo que la película se basa -como dijimos- en el texto Sarli y la actriz interpretó todos sus films dentro de esta categoría. Es decir, Mis días con Gloria dentro de su incoherencia, es coherente. Lo mismo sucede con la introducción de Nicolás Repetto actor. Su texto previo como conductor televisivo es tan fuerte que produce un desequilibrio en la trama que se sostiene gracias a lo antes mencionado.
Roberto (el personaje de Luque) “hace” de remisero del personaje de Isabel. Sus largos viajes desde la mansión de ella hacia la ciudad lo ayudan ha acercarse al objetivo que persigue, además de intercambiar dramas personales. A otro nivel, estos viajes sirven para dar a conocer la provincia de San Luís al ser retratados con panorámicas que describen los paisajes turísticamente.
En este cocoliche de estéticas y sin sentidos, Mis días con Gloria se inscribe. Y es que, como producto tiene tantos objetivos que resulta difícil satisfacerlos a todos y, además, hacer un buen film. Sin embargo, es esta multiplicidad de textos previos lo que hace rica la película y, por supuesto, invitan a verla.