Así como la película turca Mustang, estrenada hace un par de jueves, mostraba la peor cara de la sociedad patriarcal en Turquía, la cartelera local nos trae otra problemática de aquellas regiones. Mis hijos cuenta la vida de una familia palestina residente en un pueblo israelí, en la que Eyad, el menor de los hijos, es un prodigio. A los doce años está tan aventajado en su colegio que sus padres deciden envíarlo a una prestigiosa institución en Jerusalén, donde se topará con la discriminación que sufren los árabes residentes en territorio "enemigo" y donde también se enamorará de una chica judía.
Narrada por periodos que abarcan desde la década del 78 hasta entrados los 90 -con las guerras del Líbano y el Golfo como telón de fondo-, la historia transita la transformación de Eyad: de aquel niño que sabía todas las respuestas hasta el adolescente cada vez más ensimismado, que sufre en silencio su origen (la familia de su novia le prohíbe que se vean). Un programa de voluntariado, en el que cuidará de una adolescente discapacitado, le servirá a Eyad como válvula de escape y, al mismo tiempo, como una ocasión para subvertir su identidad.
Film sobrio, en el que la evolución del protagonista (gran tarea deTawfeek Barhom) es acompañada por sólidos personajes secundarios, Mis hijos exhibe por enésima vez en el cine los conflictos entre árabes e israelíes, pero lo hace de manera muy cuidada, sin llegar al golpe bajo, y mostrando un matiz diferente. Para destacar: la excelente banda de sonido, que permite descubrir a más de un grupo de post punk israelí.