Punk Rock Película de adolescentes, punk y rock, Mis sucios 3 tonos (2012) es la ópera prima del misionero Juanma Brignole que se estrenó dentro de la Competencia Argentina del 14 BAFICI y que tres años después llega a los cines. Un grupo de amigos y una banda de punk rock serán los protagonistas de este retrato sobre el fin de una época y el inicio de una nueva vida. Varios chicos recorren la ciudad de Posadas mientras aguardan el comienzo de un recital de Fun People. Durante ese deambular recordarán anécdotas del pasado y contemplarán los cambios que se están produciendo debido a las inundaciones. Será la despedida. Mis sucios 3 tonos habla de cambios y adioses. De dejar atrás lo vivido para empezar algo nuevo. Brignole no solo hace una película cuyo leit motiv es el punk rock sino que también la estructura como si se tratara de una pieza musical de ese género. Hay algo de rebelde en la forma de encuadrar, de ensuciar la imagen, de contar la historia y hasta del trabajo con los actores que la hacen más cercana al punk que a cierta abulia poética que caracterizó a cierto cine argentino dedicado a la adolescencia. La escena de sexo en el auto con la chica mirando a cámara como en una película porno es un ejemplo de esto. Juanma Brignole, además traza un paralelismo con los cambios que se están produciendo en estos chicos con los que sufre la ciudad. Una Posadas inundada, rota, oscura que se modifica pero esperanzada en el futuro. Mis sucios 3 tonos es una película sobre ese momento de la vida en que uno debe decidir dejar atrás la adolescencia para convertirse en “adulto”. Pero no es una película más de las tantas que hay. Brignole supo imprimirle un estilo propio, que no sabemos si es su marca o solo una búsqueda casual. Para descubrirlo habrá que esperar a una próxima película.
Adiós a la inocencia Esta ópera prima del misionero Juanma Brignole retrata un día (y un noche) en la vida de unos jóvenes de Posadas que se preparan para asistir a un recital de punk rock (en verdad, tienen entradas falsas para ver a Fun People). Se trata de un melancólico y algo previsible retrato sobre el fin de la adolescencia y el paso a la adultez. El film busca (por momentos encuentra) la espontaneidad, la ligereza en estas experiencias casuales, acaso banales, que tienen que ver con los códigos de compañerismo (y las pequeñas mentiras y traiciones), con el despertar sexual y la definición de la identidad. Brignole sigue (y quiere) a sus personajes y la puesta en escena tiene que ver más con "capturar" esa esencia más que en el rigor de la construcción o la solidez formal. También apuesta -para acrecentar la veta nostálgica, de fin de época- por mostrar en el contexto cómo la construcción de una represa inunda lugares tradicionales de la zona, que se pierden para siempre. El film se sigue con cierto interés, pero también es cierto que le juega en contra su "ligazón" con muchos exponentes previos del Nuevo Cine Argentino. Hay -más allá del sentido carácter autobiográfico de la historia- algo de "fórmula", de déjà vu en Mis sucios 3 tonos.
Estrenada en el BAFICI de 2012 (participó de la Competencia Argentina ese año), llega al Gaumont, (y tiene su estreno comercial), "Mis sucios 3 tonos", la ópera prima de Juan Manuel Brignole, escritor y guionista misionero, producto del CIC porteño. La cinta fue rodada en Posadas y tiene una fuerte impronta autobiográfica para el director, quien armó el proyecto y decidió rodarlo en su provincia, dado que al regresar cada tanto a su lugar, encontraba que ciertos espacios iban desapareciendo por la crecida del río (el puerto de la Ciudad, la vieja estación de trenes, clubes y balnearios locales) y quiso rodar esta cinta para homenajearlos tal y como él los recuerda. De qué va "Mis sucios 3 tonos"? De Adolescencia, amigos, alcohol, noche, sexo, discusiones, esperas, silencios. Todos estos elementos que circulan en cualquier banda de pibes que salen a compartir un buen momento. Aquí, un grupo de teens que quiere ver un recital (de Fun People), arma un recorrido por la noche local y como algún plan falla, termina en una visita a algunos parajes que ya no están físicamente en la geografía local. Joaquín Ayala, Flor Bobadilla, Juan Mendoza y Luciano Vega, junto a otros noveles actores, le ponen la piel a este grupo de amigos que no tiene mayor ambiciones que vivir sus ganas de divertirse, sin intervención de mayores. Hay en cada paso de su recorrido una mirada propia del adolescente y un lenguaje simple y reconocible en cada expresión de los chicos: el film es palpablemente puro en su esencia, estos son pibes que pueden ser los que ves cada noche salir a bailar en nuestra ciudad. "Mis sucios 3 tonos" respira naturalismo. La narración, para aquellos no acostumbrados al cine independiente local, se propone lenta y cadenciosa, generando un ritmo no muy fácil de sostener para el espectador mainstream. Rodada con poco presupuesto (esto se nota en la fotografía y en la edición de sonido), la idea de acompañar (con cámara en mano la mayor parte) el recorrido de este grupo de chicos, tiene sus momentos. Es cierto que se ve genuina y directa, pero también, que su trama no representa un foco de interés fuerte para un ojo neutral. Lo que sí hay que destacarle a Brignone es su convicción para superar adversidades en el rodaje, el manejo de actores y cierta búsqueda por retratar espacios significativos, para él y para sus coterráneos. Ese valioso intento debe ser reconocido. En definitiva, este es un viaje nostálgico donde todos nos sentiremos un poco reflejados, al recordar nuestra época de adolescentes con todas las de la ley.
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