Inspiración en lo burdo
La Tête en Friche o Mis Tardes con Margueritte, es la última producción francesa en estrenarse en nuestra ciudad de Córdoba con un "delay" bastante descarado, pero bueno, suele suceder con estas producciones a las que se les presta, de manera injusta, poca atención.
El film está dirigido por Jean Becker, actor, guionista y director, conocido por su labor en L'Été Meurtrier (Verano Asesino), que llegó a competir por la Palma de Oro en Cannes en 1984 y el premio César de la Academia Francesa del Cine ese mismo año.
La historia está protagonizada por el ya conocidísimo Gérard Depardieu en el rol de Germain Chazes y por la actriz Giséle Casadesus como Margueritte, que nos es conocida por nuestros pagos, pero que en Francia rodó más de 70 películas para el cine y la televisión.
La historia se centra en el encuentro de 2 personas muy distintas, por un lado está Garmain, un tipo casi analfabeto y gordo que ha sido menospreciado por todo el mundo desde que tiene uso de razón, incluso por su propia madre. Por otro lado, se encuentra Margueritte, una viejita tierna como pocas, que tiene un archivo de libros en su mente y que parece ver en Garmain lo que otros no pueden.
La película no tiene ese estilo oscuro al que nos tiene acostumbrado el cine francés, por el contrario, es un cinta totalmente inspiradora, llena de buenos mensajes y esperanzas escondidas detrás de conversaciones que la verdad no tienen desperdicio. No suelo ser fanático de films con tramas tan positivas como la que nos ofrece La Tête en Friche, pero en este caso creo que funciona de manera excepcional. La simpatía y la emoción por los personajes y las situaciones que se van sucediendo van de menor a mayor, lo que hace que uno termine en el punto justo de una sensación emocional que inspira esperanza y deja el corazón contento.
Una buena noticia tiene un pasar mucho más efímero que una mala noticia, regla que también se aplica, a veces, en el cine con este tipo de obras que lamentablemente pasarán al olvido sin mucha gloria, y más aún con la escasa promoción que tiene el cine francés en nuestro país. Yo la recomiendo al espectador que está con ganas de inspirarse un poco y recibir una vibra positiva.