Entretenida “Misión imposible”
El gran problema que tenía el film de Brian De Palma sobre la serie «Misión Imposible» era que tomaba un famoso programa de TV sobre un equipo de espías para armar un argumento basado en la disolución del grupo en cuestión.
El director Brad Bird de algún modo retoma aquella misma estrategia con esta historia donde el equipo liderado por Tom Cruise queda metido en medio de la peor crisis entre Estados Unidos y Rusia desde la era de los misiles de Cuba. Esto, por culpa de una explosión en el Kremlim de la que los rusos culpan a los norteamericanos, es decir al grupo de Cruise que por tal motivo queda sometido al «protocolo fantasma» del título, o sea que debe trabajar sin ningún tipo de ayuda ni mucho menos protección oficial. Si alguno de sus miembros fuera atrapado durante el período del «protocolo», sería tratado como un simple terrorista o criminal.
Dado que en los dos films posteriores al de Brian De Palma -incluyendo la obra maestra de John Woo «Misión Imposible 2»- la noción del equipo no era muy importante, además del hecho de que la serie de TV dejó de ser el modelo a seguir, la premisa de un equipo disuelto y trabajando desprotegido no molesta en este nuevo film, basado más en secuencias sueltas de gran impacto y espectacularidad antes que en un argumento realmente coherente.
Algunas de esas escenas son contundentes y justifican la visión de esta película de espías del siglo XXI con todos los clichés de las del siglo XX, aunque con menos erotismo que las de James Bond. Con estas últimas comparte un villano bastante repetido en el género a lo largo de los años: un científico genial que de tanto tener que imaginar un mundo devastado por la guerra nuclear termina creyendo que esa opción asegurará la evolución de la humanidad.
El robo en el Kremlim, una operación en el edificio más alto del mundo que requiere escalar al estilo hombre araña, o una tremenda pelea en un estacionamiento ultramoderno son algunas de las escenas que sirven para recomendar esta película muy bien filmada pero no tan original ni imaginativa en lo argumetnal ni en lo actoral, aunque hay que reconocer que los toques de humor gentileza de Simon Pegg por momentos superan el heroísmo a toda prueba de Tom Cruise.