Anexo de crítica: Esta cuarta entrega de la franquicia tiene mucho brío y tanta más energía que el promedio de películas del género actual; sólo que Brad Bird, aún bienintencionado, no da la talla para continuar lo que fuera aquella maravilla orquestada por J.J. Abrams de manera tan perfecta y precisa cinco años atrás. Hay mucho, MUCHO movimiento de personajes que van y vienen, saltan, se cuelgan y boxean hasta la muerte, y las secuencias de acción (que parecen una única y gran pieza) se suceden sin descanso; y puede que esté aquí uno de los grandes problemas de la película: demasiado apuro y frenesí para mantener la cosa fluida y muy poca planificación; todo suena a descuido y a superposición de instancias sin ton ni son (la –supuesta gran- escena del edificio no tiene mucho sentido dramático y hasta acusa serios problemas de continuidad narrativa). El guión es bastante torpe y no muy inspirado que digamos; todo pasa tan rápido que resulta difícil procesar la información que se nos brinda, y esto incluye lograr desarrollar alguna clase de empatía por los personajes en cuestión. En el anterior episodio de la saga Ethan Hunt nos importaba mucho más de lo que uno hubiera podido imaginarse, y desde aquel fallido y trágico rescate de su compañera (Keri Russell) en el comienzo, hasta la carrera contra el tiempo para salvar a su esposa (Michelle Monaghan) hacia el final, uno podía correr (y si algo sabe hacer Tom es correr…) a la par del protagonista con preocupación y sorprenderse escena por medio. Protocolo fantasma no tiene una sola escena de acción que supere en calidad la secuencia de Keri Russell o la del ataque en el puente de M:I-3, y eso que tiene cuantitativamente más momentos de acción física y más metraje en general. Como se dice, mucho ruido y…?- Juan Blanco (6 puntos)