Es realmente sorprendente el reto que Brad Bird, director de la fantástica "Ratatouille" y de la inolvidable "Los Increíbles", se impuso al llevar adelante esta película, no solo por cambiar por completo de género, sino por tener que darle vida a una saga que en su tercera parte demostró estar algo agotada. El resultado es una propuesta muy entretenida, con matices novedosos para la franquicia, escenas de acción espectaculares y con una imaginación, en ciertos momentos, maravillosa.