Acción Nuestra de Cada Día
Protocolo Fantasma marca la 4ta entrega de Misión Imposible, esa historia de agentes secretos, complots y acción adrenalínica que nos regaló Brian De Palma en 1996 y que ya se ha convertido en un clásico de la gran pantalla. En esta oportunidad el film viene dirigido por Brad Bird, responsable de grandes animaciones como "Ratatouille" y "Los Increíbles", bajo la tutela de J.J. Abrams y el también productor Tom Cruise.
Para comenzar debo decir que las secuencias de acción son espectaculares, dinámicas, con ritmo y de muy buena calidad. Tiene algunos elementos que sencillamente son hipnóticos como las herramientas tecnológicas que utilizan (la pantalla móvil que asemeja el fondo del pasillo de un espacio cerrado es una cosa de locos). Ahora... como secuela de la gran obra de Abrams en la 3ra entrega, no deberíamos esperar menos pericia en los momentos de acción, es decir, se puede considerar que la calidad es prácticamente un factor característico más que algo para resaltar. Quizás sí la mano creativa de J.J. que se nota en cada escena.
Una cuestión refrescante es que el humor ha mejorado considerablemente, sobre todo el timing que se da en los momentos adecuados. Por lo demás no hay muchos cambios... es la misma ecuación de siempre. Detener a un villano, preferentemente de Europa del Este, que quiere destruir la civilización con bombas nucleares. Tiene algunos disparates y cuestiones ilógicas propias de este tipo de película, mucho más pulidas que en el trabajo de John Woo (2da Misión Imposible) pero inferiores a los de la 3ra entrega. Terminar luchando contra el sistema de estacionamiento no es de lo más lógico y emocionante que podrían haber mostrado. Faltó un poco más de drama y espionaje, cuestiones que en la 1 y 3 eran más elaboradas.
En general Protocolo Fantasma es buena, entretiene y por momentos agita, pero a esta altura espero un poco más de innovación en la saga. Las nuevas incorporaciones están muy bien, sobre todo Simon Pegg como el "geek" de la tecnología.
Un film para disfrutar en un día con mucho antojo de acción y revivir lo que significa Misión Imposible.