Debutando en la dirección fuera de la animación, Brad Bird entrega la mejor película de la saga Misión: Imposible.
En esta ocasión Ethan Hunt y su equipo deberán salvar su buen nombre luego de quedar implicados en un atentado al Kremlin que podría alterar la paz mundial, y de paso también evitar que una bomba atómica impacte contra los Estados Unidos.
En 1996 Brian de Palma dio el puntapié inicial abriendo la saga en muy buena forma, donde el realismo y la tensión eran los pilares fundamentales de la cinta. Cuatro años más tarde, fue el gran John Woo el encargado de agregar espectacularidad, dejando totalmente de lado el verosímil impuesto por el realizador de Vestida para Matar. Ya en 2006 Misión: Imposible III significó el debut cinematográfico de J.J. Abrams que supo mezclar el realismo y la espectacularidad de las dos entregas anteriores, conformando la mejor (hasta ahora) edición de la buena franquicia. Ahora es Brad Bird el encargado de superar la tercera parte, manteniendo el gran trabajo hecho por Abrams pero sumándole una renovada visión que se manifiesta principalmente en la gran dosis de humor que posee, superando todo lo hecho anteriormente en la saga protagonizada por el agente Ethan Hunt.
Más allá de no presentar una historia original y creíble, Misión: Imposible – Protocolo Fantasma toma la trama como una especie de hermosa "coartada" para justificar los viajes hacía hermosas ciudades (Moscú, Dubai y Bombay, solo por mencionar algunas) y las creativas y rimbombantes escenas de acción, que terminan elevando aún más lo hecho en materia visual en el pasado dentro de esta franquicia. A lo largo de sus más de dos horas, que no otorgan ningún respiro en su vertiginoso ritmo narrativo, encontraremos a los protagonistas principales peleando con veloces coreografías donde los puños, patadas y golpes impactan en nuestro cuerpo, persecuciones increíbles en una tormenta de arena y destacando por último la gran secuencia donde el inoxidable Ethan Hunt escala el edificio más alto del mundo en Malasya.
A Tom Cruise se le cree cualquier cosa, desde que vuele de un helicóptero hacía un tren impulsado por una explosión, pasando por hacer una "willy" (¡¡y girando a la vez!!) con la rueda delantera de una moto para aniquilar al malvado de turno, para luego finalizar en la trepada hacía la sala de servidores en un edificio de 130 pisos vidriado. Repasando a groso modo, todo eso y bastante más ha hecho el subvalorado Cruise en esta saga con excelentes resultados y la cuarta parte no es la excepción.
Acompañando al actor de Encuentro Explosivo encontraremos en muy buena forma a Jeremy Renner (será el encargado de continuar la saga en el futuro), a la sensual y lapidaria Paula Patton, al malvado Michael Nyqvist y también a Simon Pegg, que obviamente vendría a ser el encargado de aportar los momentos más cómicos del film, pero sin caer en la caricaturización de su personaje.
Misión: Imposible – Protocolo Fantasma representa la mejor entrega de una saga por la renovada visión de Brad Bird y la inoxidable labor de Tom Cruise como protagonista principal.