Siguiendo con el agente Ethan Hunt, de las tres primeras entregas, el debutante director (hablando de películas con actores reales) Brad Bird (Llos Increibles, Ratatouille), nos llega esta entrega llena de adrenalina, explosiones, revelaciones y hasta una que otra escena de melcocha.
Situados en la ciudad de Dubai, ante el fracaso de una misión que consistía en atrapar a un maniático que lo único que desea es iniciar la tercera guerra mundial, el gobierno decide eliminar su división, por lo que deberán seguir adelante solos, sin apoyos y entre 4 agentes, con todo y sus secretos y problemas y hasta alguna puntada graciosa.
Por ahí ya se habían quejado de la saga, que si tiene muchos altibajos, que si la 2 es aburrida y la 3 no tiene historia. Pero vamos, lo que uno espera al ver la palabra acción, como género de una película no es una historia intrincada con laberintos y giros de tuerca. Una que otra revelación está bien y una línea argumental creíble bastan. Lo que impresiona son las escenas de acción, lo que las secuencias nos hagan sentir a uno como espectador, como por ejemplo, si le tienes fobia a las alturas y de repente ves a la cámara en el piso 200 de un edificio. Es lo que realmente importa aquí
Llena de adrenalina, la película cumple con su objetivo: dar dos horas de entretenimiento palomero. Si lo que uno busca es divertirse y tener acción, acá la encontrará, incluido algún taco de ojo para chicos y chicas. Cumple con lo esperado, y aunque el guión no es lo más importante, si lo son las escenas impactantes, con o sin efectos. Vale la pena verla para entretenerse.
Dirección cumple, actuaciones, cumplidoras (sobre todo con las escenas sin stunts, ya todos saben que Cruise se arriesgó a filmar en el edificio más alto del mundo el mismo) y acción sin parar.