La quinta entrega de la saga Misión Imposible no solo se queda en videos virales que prometen, es un filme que entrega lo pactado con el cinéfilo amante de la acción. El filme tiene adrenalina, una edición con un ritmo perfecto, y una excelente dirección que coordina un sólido guion, que en su justa medida, sirve de columna vertebral a grandes escenas de acción filmadas con un virtuosismo técnico digno de los más grandes productos de Hollywood. No hay más grande que esto a nivel de cine de acción; ya que han sabido combinar muy bien los ingredientes de espectacularidad, técnica fílmica y narrativa, edición, y coreografía para darnos el más alto estándar de Hollywood en la materia.
Pero nada sería Misión Imposible sin su estrella, que brilla firmemente en la pantalla y fuera de ella, para lograr con un nivel de compromiso extraordinario la mejor película que se pueda. Tom Cruise no solo funciona a nivel actoral en la cinta, sino que además aporta esa gran cuota de carisma que tiene y le agrega un plus especial al filme, al darle un toque adicional de realismo y espectacularidad; como cuando para hacer la toma del avión que se ve en el póster, no se queda en la seguridad de un estudio con una pantalla verde detrás, sino que realmente se cuelga de un avión en movimiento mientras va despegando y va siendo filmado, secuencia que abre el filme de manera espectacular, y que nos sienta las bases no solo de la narrativa de la película, sino también de su búsqueda de un impacto verdadero, sorprendente y realista. Claramente esta primera secuencia nos da una declaración de principios que podría entenderse como: “Esta película no está animada en una computadora”
La declaración de principios funciona en nuestra mente; y se ve como una película que pareciera que en casi todo en el metraje no hay efectos digitales; solo unas 4 o 5 tomas parecen serlo para el ojo entrenado, y eso nos mete más en el filme y nos da un respiro de tanto artificio que hay en Hollywood hoy en día. No importa si en la realidad son muchas más las tomas digitales, lo que importa es que no lo parecen a la hora del visionado del filme. Además se nota claramente que el filme está rodado en 35 mm y eso le da un look menos plástico y que asociamos con una época de cine más realista, donde las acciones se rodaban frente a una cámara y no se dibujaban en una PC.
Esto sumado a un guion efectivo que retoma un argumento similar al del primer filme, hace que estemos bien predispuestos para las secuencias de acción; que son las que esperamos dentro del género, y el espectador no quedará defraudado. La historia pasa porque el agente Hunt, interpretado por Tom Cruise, queda fuera de su agencia de espionaje por el cierre de la misma, algo pergeñado por el personaje de Alec Baldwin, muy efectivo en el filme; y además es perseguido por la CIA, mientras desde la clandestinidad, debe resolver un caso de una agencia de contraespionaje internacional dedicada a hacer actos terroristas. Mientras tanto es ayudado encubiertamente por el agente interpretado por Simon Pegg, un personaje que se hace querer; y también ayudado por uno de sus superiores interpretado por Jeremy Renner, que se muestra muy efectivo en el filme. A estos personajes se les agrega una seductora mujer que rescata a Hunt de una trampa tendida por esa agencia, pero que en realidad dudamos de su verdadera lealtad.
Con estos personajes se recompone de facto el equipo de Misión Imposible, y si bien es cierto no es un filme con un reparto coral como la serie, donde el grupo era muy parejo en el protagonismo, aquí se recompone un poco esa esencia de la serie original, perdida desde el primer filme de la saga cinematográfica, donde en la primer secuencia de acción de aquel filme, todo el equipo perece dejando a un solo agente para todo el resto del filme, convirtiendo en los hechos, aunque no en los títulos, a Ethan Hunt ya no en un miembro de Misión Imposible, sino en James Bond, quien trabaja solo. En las secuelas sin embargo siempre estuvo el personaje de Ving Rhames y en esta quinta parte los personajes de Simon Pegg y de Jeremy Renner vienen de la tercera y cuarta película respectivamente, dando una sensación de equipo, que recupera en parte la premisa del trabajo grupal de la serie, y alejándose un poco del esquema de James Bond.
Christopher McQuarrie, guionista ganador del Oscar por Los Sospechosos de Siempre, ahora convertido en director, lidera este, su tercer filme, con un pulso fuerte, que no le tiembla frente a complicadísimas escenas de acción del más alto nivel, sino que las resuelve con claridad donde cada movimiento se ve sin dificultad, donde se ve poco truco, donde se nota el compromiso de los actores en los roles. Un gran pecado del que adolece Hollywood últimamente, es que quieren dar dinamismo y acción a los filmes moviendo la cámara, muchas veces haciéndola temblar inadecuadamente para crear tensión, y otras veces se muestran peleas en planos muy cortos donde los luchadores en cuestión no se ven claramente y parte de los golpes son más truco de cámara y montaje que otra cosa. Este no es el caso. En este caso las escenas de acción están correctamente registradas.
El director en las escenas de pelea cuerpo a cuerpo mantiene distancia y filma claramente las acciones, porque sabe que hay una gran coreografía preparada, como en la escena de la pelea en los andamios de un teatro, y no necesita el truco engañoso, tiene la escena real enfrente. También filma con la imlumnación necesaria y nada se pìerde en la oscuridad. Y finalmennte no necesita mover la cámara innecesariamente, ya que a la acción y a la tensión no las da un truco barato, sino que son fruto de las acciones, la planificación, las actuaciones, un sólido guion y un montaje afinadísimo. El director sabe que tiene un gran equipo, y confía en ellos. Es un filme de acción con una dirección del más alto nivel.
Algo que es importante de destacar, es que además de las brillantes secuencias de acción como la del avión, o la persecución en moto por ejemplo, los personajes no son solo estantes de donde colgar un guion excusa; sino que se sienten reales y uno se identifica con los mismos, dándole una mayor gravedad a las escenas de tensión, y generando verdadero suspenso cuando uno de estos personajes está en riesgo. Frente a los filmes de Hollywood tradicionales, uno espera lógicamente que ningún personaje importante pierda la vida, y menos aún en el medio del filme, y menos aún si es protagonizado por alguien como Tom Cruise; y eso habitualmente diluye el suspenso en filmes de acción Hollywoodenses; sin embargo en Misión Imposible 5 el director y guionista ha sido muy astuto en poner en riesgo a otros personajes que nos importan y poner en riesgo la misión, generando un suspenso real donde uno cree de antemano que ya sabe todo. No importa cómo se resuelva, lo importante es que en el camino, el director logra crear esa sensación.
En definitiva, Misión Imposible 5 está dentro de las mejores de la saga, y dentro de los mejores filmes de acción del año, siendo de visionado absolutamente imperdible para el fan del género. Es una película que se disfruta, se aprecia visualmente, que genera entusiasmo y que nos entrega lo que vamos a buscar, acción, espectacularidad, efectos, suspenso y adrenalina. No es un filme que sea realmente profundo, pero tampoco es vacío de contenido; las motivaciones y el contexto político son interesantes y el cierre del conflicto político es genial. Lo cual hace que hasta en la última toma el filme nos de algo, y nos vamos inexorablemente de la sala con una sonrisa. Afortunadamente, el precio de la entrada valió en cada fotograma del filme.