Un regreso a los orígenes para el agente Ethan Hunt.
Ethan Hunt y su equipo deberán trabajar desde la clandestinidad para detener al Sindicato, una peligrosa organización internacional tan bien entrenada como ellos y destinada a desestabilizar gobiernos.
Intriga internacional
Tengo que decir que fui gratamente sorprendido por Misión: Imposible - Nación Secreta. Para ser honesto iba a la espera de una continuación espiritual en la linea de las últimas películas de la saga, donde las escenas de acción abundan y son tan gigantescas como espectaculares. Pero Tom Cruise se reinventó, una vez más. Devolviendo la saga a sus orígenes, con algo más de intriga que de adrenalina, pero sin dejar de lado los momentos épicos. Así como en Protocolo Fantasma Tom Cruise corría colgado de un harnés por fuera de las ventanas de un rascacielos, en los primeros minutos de Nación Secreta lo vemos agarrado de un avión que despega y hasta llega a tomar vuelto. Puro Cuise, sin dobles, escribiendo un nuevo capítulo en la vida de un actor que quiere ser el mejor en lo que hace, y que no duda en poner su seguridad en juego con tal de lograr el plano perfecto. Pero si hablamos de momentos épicos como ese, lamento decirles que no van a encontrar muchos más en esta película. Pasada esa escena a los 10 minutos de metraje, la quinta entrega de Misión: Imposible se pone oficialmente en marcha. Y lo hace con un registro más en sintonía a las viejas películas de James Bond u obras de Alfred Hitchcock. No hay necesidad de volar en mil pedazos al Kremlin o un punte, con nuestro héroe corriendo de lejos de las explosiones. En ese sentido Nación Secreta es fácilmente la más clásica de las películas hasta hoy, hasta diría que aun más que la primera entrega dirigida del gran Brian De Palma. Peleas mano a mano, tiroteos, persecuciones, mucha intriga y, obviamente, el ya mítico momento de la saga en que el Tom Cruise debe descender hasta algún lugar con tal de burlar la seguridad y cumplir su misión.
Quizás una de las razones por la cual la saga logra mantenerse tan fresca es debido a que nunca repitió un director. Como ya se dijo, la primer película fue dirigida por De Palma, mientras que las que siguieron estuvieron a cargo de John Woo (quien probablemente hizo la peor película de la saga y hasta de su carrera), J.J. Abrams y Brad Bird respectivamente. El quinto en linea es Christopher McQuarrie, quien ya trabajara con Cruise como director en Jack Reacher y como guionista en Al Filo del Mañana y Operación Valquiria, aparte de haber ganado un Oscar por escribir Los Sospechosos de Siempre y haber filmado la injustamente poco valorada Al Calor de las Armas, con Benicio del Toro. Cada director que estuvo a cargo de Misión: Imposible logró transmitirle su propia impronta, y McQuarrie no es la excepción. Como ya se dijo, es la más clásica de todas. Las escenas de acción tienen más en común con las de las últimas décadas del siglo veinte que con las de los grandes tanques de acción de hoy en día. El manejo de la intriga y esos personajes obsesionados, peleando solos contra el mundo, remiten mucho al cine de Hitchcock, habiendo incluso referencias más explícitas como situar parte de la acción en Marruecos y una espectacular escena en la Opera de Viena, cosas que recuerdan un poco a la remake que filmó de El Hombre que Sabía Demasiado con James Stewart.
Cruise una vez más está a la altura de las circunstancias y sabe lo que su público quiere. Demostrando, como casi siempre que se planta frente a una cámara, que es el rey del cine pochoclero. Podrá tener su oportunidad para llevarse el Oscar cada tanto, pero acá es donde yo lo quiero ver. Y una vez más está bien acompañado. Principalmente por Simon Pegg, con un personaje que continua expandiéndose, un Alec Baldwin que con no más de un par de lineas o un juego de miradas deja en claro el gran actor que es, y una bienvenida adición de Rebecca Ferguson al elenco como una misteriosa doble agente. Sean Harris como el villano de turno hace tambien un buen trabajo, aunque más por mérito propio que por obra y gracia del guión, ya que al personaje se presenta como una suerte de par maligno de Ethan Hunt, pero rara vez lo vemos demostrando eso. Por otro lado, la vuelta de Ving Rhames a la saga no resulta más que un cameo prolongado, y el personaje de Jeremy Renner hasta preciara haber perdido el protagonismo que prometía con la anterior película, aunque demos admitir que tiene algunas divertidas intervenciones.
Conclusión
Misión: Imposible - Nación Secreta es sin dudas la película más clásica de la saga. Se apoya en la intriga y los elementos que hacen de un buen thriller internacional, para terminar entregando un film de espías que, por momentos, pareciera tener más en común con el James Bond de Sean Connery o Roger Moore que con las anteriores aventuras de Ethan Hunt. Obviamente tampoco se deja de lado la acción, aunque esta vez es más sutil y menos explosiva que en otras oportunidades. Aun en su quinta entrega, la saga de Misión: Imposible demuestra capacidad para reinventarse y continúa tan entretenida como siempre.