Como pasó con la saga de Rápido y Furioso, las películas de la franquicia de Misión Imposible se han puesto mejores con cada nueva entrega. Es cierto que Rápido y Furioso es un descerebre brillante, pero las de Misión Imposible muestran un trabajo arduo de producción y una creatividad de alto vuelto tanto en el libreto como en la puesta en escena. Tom Cruise será insufrible como persona, pero es un astro con mayúsculas, el supremo profesional. No sólo ha revitalizado la franquicia sino que la ha llevado mas allá del límite, cada vez mas ingeniosa y excitante, amada por el público y la crítica, y cada vez mas taquillera. Misión Imposible: Fallout es otro capítulo brillante de la saga: hay traiciones, una trama complicada pero entendible, sorpresas por doquier, acción a full y mucha tensión. Quizás la novedad es que esta entrega es algo mas oscura y tiene un poco de menos humor, sirviendo como secuela literal a Rogue Nation – expandiendo el concepto de El Sindicato, esa especie de Spectre creado para la franquicia, y que tiene sus orígenes en la serie televisiva de los 60 – y trayendo su propia caterva de sorpresas.
Quizás el mayor problema que tiene Misión Imposible: Fallout es el trailer, el cual fue confeccionado por un enemigo, y revela toneladas de sorpresas que la película tenía reservadas para shockear al espectador. Sí, el malo en este caso es Henry Cavill – el cual se lo nota mucho mas cómodo en el papel de despiadado asesino que como alienígena todopoderoso salvador de la humanidad (y no, no hablamos de Jesús!) -, el cual debe ser la decisión de casting mas dispar de la historia. Poner a esta mole de músculos de casi 1.90 de altura contra el enano de Cruise (el tipo es mas bajo que yo, mide 1.70) suena ridículo, y el director McQuarrie debe hacer todo tipo de trucos y montajes raros para no dejar en evidencia que Superman le saca mas de una cabeza a Tomás Crucero. Eso sin considerar que, como es el villano / traidor / sicario de turno, en algún momento se van a ir a las manos y la diferencia física es tremenda (¿alguien se acuerda de una película de Patrick Swayze llamada El Duro, donde el tipo pelea – al principio del filme -con un par de pueblerinos enormes y ahí vemos que a Swayze lo agarran del cogote y queda flotando con las patitas al aire, dándonos cuenta que es mas chiquito que mi abuelita?). Por suerte McQuarrie hace milagros con la fotografía.
La novedad de la entrega es que Ethan Hunt está decidido a no matar inocentes y a no perder miembros leales del equipo, lo cual condiciona de manera crucial cada una de sus decisiones. Prácticamente la misión no existiría si Hunt – en un intercambio clandestino en Berlín, realizado al principio del filme – no hubiera cedido a las demandas de los terroristas, hubiera dejado morir a Ving Rhames y se hubiera escapado con el plutonio que querían los anarquistas para hacer tres bombas atómicas – pequeñas pero lo suficientemente dañinas si son detonadas en el lugar correcto -. Cada vez que los villanos salen con un plan sangriento, Hunt debe ingeniárselas para que no mueran agentes del orden y civiles… aunque ello implique quedar en evidencia con los sicarios y ponerse automáticamente en su mira. Mientras tanto está de regreso Ilsa Faust, la cual es un factor desequilibrante en una misión que ya de por sí es demasiado complicada, ya que la agente británica tiene su propia agenda y va contra los objetivos de Hunt. Ciertamente hay un par de escenas que son previsibles o están sacadas de otras películas – el montaje del falso hospital es algo que vimos en la primera entrega de la saga; el rescate en la caída libre del salto HALO parece copiado de Moonraker -, pero el resto está hecho con mucho nervio y mucha originalidad. El escape de Cruise en moto por las calles de París es genial – y es Cruise en persona manejando -, lo mismo que una persecución por los techos en Londres. Y, lo mejor, son los repentinos cambios de viento en la misión, en donde los amigos pasan a enemigos con un simple chasquido de dedos ante la aparición de pruebas falsas que alteran toda la historia que Hunt pretende vender.
Misión Imposible: Fallout es otro hito de la saga. No sé si es la mejor – mi favorita sigue siendo Protocolo Fantasma -, pero entra cómodamente entre las tres candidatas finalistas a mejor entrega de la serie. Quizás es demasiado larga – y por su intensidad, puede ser agotador vivir dos horas y media de correrías sin parar -, pero brilla en todos los aspectos. La franquicia está mas vital que nunca y Cruise es un capo en todo sentido – como estrella y productor -, con lo cual tiene pasta para ser Ethan Hunt todo el tiempo que desee, algo por lo cual estoy agradecido.
PD: lo de la secuencia al principio… ¿fue una bomba atómica o un chasquido de los dedos de Thanos?