El despliegue de producción y las escenas de acción desarrolladas en varios escenarios internacionales son el denominador de las películas de espionaje y, en especial, de esta franquicia que inició con Tom Cruise bajo la dirección de Brian De Palma en 1996, basada en los populares personajes de la serie.
Y Cruise está de nuevo como Ethan Hunt en esta sexta entrega, Misión imposible: Repercursión, que repite en el guión y la dirección a Christopher McQuarrie-Nación Secreta-, un realizador hábil para enhebrar una trama que mantiene la tensión y las traiciones hasta el final.
Hunt es reclutado, junto a su equipo, para recuperar una carga de plutonio que podría ser usada por un grupo terrorista conocido como Los Apóstoles y causar una catástrofe mundial. Con la incorporación de Henry Cavill -El hombre de acero- y el respaldo de buenos secundarios como Luther -Ving Rhames- y Benji -Simon Pegg-, más el regreso de Ilsa -Rebecca Ferguson- y el terrorista Lane -Sean Harris-, la trama ata cabos sueltos y la acción no se hace esperar desde su inicio en Belfast.
Con persecuciones en moto, auto y helicópteros -con un desenlace que recuerda a Riesgo total- y escenas de combate cuerpo a cuerpo -en el baño- coreografiadas cuidadosamente, el relato prepara un cóctel explosivo y se lanza sin descanso en su kilométrica travesía para desactivar poderosas bombas.
Cruise, a sus 56 años, mantiene el aspecto juvenil que lo caracteriza y, al igual que Jackie Chan, ejecuta muchas de las peligrosas acrobacias que se ven en la pantalla. En tanto, la tecnología, el espíritu de las viejos filmes de espionaje, los gags y los personajes conocidos conforman este blockbuster que mantiene su forma y promete regresar hasta que el cuerpo aguante.