El último héroe de acción de Hollywood está de regreso con una de las grandes obras maestras que se filmaron en este género en la última década.
Si Vin Diesel en la saga Rápido y furioso ofrece hamburguesas con papas fritas de la Cajita Feliz, Tom Cruise te invita a comer a un restaurante de lujo con un cheff de prestigio internacional.
Misión imposible 6 no es una película que se disfruta sino que se saborea de la primera a la última escena.
Para encontrar un antecedente de las locuras que hace Cruise en las escenas de riesgo de este film probablemente tengamos que remontarnos a los tiempos de Douglas Fairbanks que impactó de la misma manera a los cinéfilos de comienzos del siglo 20.
Buster Keaton ya dentro de la comedia también tuvo un efecto similar por su desempeño físico y no tenés más ejemplos.
En esta entrega de Misión Imposible, Cruise a los 56 años hace cosas que uno podría relacionar tal vez con el Jackie Chan de los años ´90, pero no con las estrellas de Hollywood y por ese motivo también esta saga deja su huella en la historia del cine de acción.
Estoy convencido que esta es la mejor entrega de la franquicia donde el director Christopher McQuarrie vuelve a restaurar al género entre las producciones de calidad de primer nivel.
Entiendo que esto puede sonar exagerado pero lo van entender mejor cuando salgan del cine. En Misión Imposible 6, Cruise y McQuarrie ofrecen una de las mejores películas de acción de todos los tiempos.
La logística y dedicación con la que se elaboró cada secuencia de peleas, tiroteos y persecuciones es de un nivel de excelencia que se había perdido en el cine norteamericano por esa manía nefasta del abaratar el género con la sobredosis de CGI.
McQuarrie celebra de manera descarada el cine de la vieja escuela con algunas secuencias que te vuelan la cabeza si sos amante de este tipo de relatos.
Tenés una pelea brutal mano a mano con los protagonistas en un baño donde cada movimiento se puede apreciar en detalle, persecuciones automovilísticas que evocan al mejor William Friedkin de Contacto en Francia y el John Frankenheimer de Ronin y ese clímax épico y soberbio que representa la cereza de la torta.
El nivel de adrenalina y tensión que tiene la secuencia final creo que no se veía desde Escape en tren (1985) de Andrei Konchalovsky , que al menos en mi caso me generó la misma sensación cuando la vi por primera vez.
Ahora bien, al margen de las virtudes técnicas, el relato de McQuarrie es impecable por el modo en que captura la atención del público a través del suspenso.
Algo que me gustó mucho de Misión Imposible 6 es que ofrece la máxima apuesta de la saga en términos de acción, al mismo tiempo que retoma las raíces de espionaje de la primera entrega de Brian De Palma.
Una gran adición de esta película también es el casting de Henry Cavill, quien tiene momentos excelentes y una gran química con Cruise.
Si hubiera que destacar alguna objeción es que el conflicto recicla algunas ideas que ya se habían trabajado en la saga, pero es un elemento que queda opacado por la opulencia visual de la puesta en escena.
Vayan a disfrutarla en el cine porque es una de las grandes películas del 2018, que al menos en mi caso destacaré en la lista anual de favoritas.