Después de cinco películas, uno creería que Ethan Hunt aprendió definitivamente a no dar pasos en falso, pero parece que no: en “Repercusión” un trabajo sale mal, y como consecuencia todo el planeta esta en riesgo. Todo porque el bueno de Ethan priorizó el bienestar de su equipo antes de asegurar un poco de Plutonio. “Misión Imposible 6” trata justamente sobre las dificultades de anteponer el bien común por sobre la vida individual de cualquier persona; lamentablemente va a hacerlo dentro de la estructura de una cinta de acción sin muchas pretensiones de salirse del pochoclo. Durante el film, el reto de Hunt va a ser enfrentar momentos en los que evitar el sacrificio de pocos para el bien de muchos parece imposible. Mientras que el reto de la audiencia va a ser decidir si entrar o no en el juego de las desopilantes propuestas de la película.
Cada secuencia de acción está a la altura de la franquicia, que más que decaer con el tiempo parece ir mejorando sus escenas de acción. En “M:I 4”, el director Brad Bird logró establecer una especie de fórmula en la que logró plasmar una cantidad y variedad de escenas de acción con calidad excepcional, además de personalidad propia, mientras que la “M:I 5” de Christopher McQuarrie (que con “M:I 6” se convierte en el primero en dirigir dos entregas de la saga) prácticamente llevó a “Misión Imposible” a lo más alto con una trama, acción e intriga que llegaron juntas a lo máximo que puede aspirar una franquicia que podría resumirse como “el James Bond norteamericano”. Sin embargo, esta tercera parte solo cumple con esta reciente autosuperación de la saga en ese aspecto.
A grandes rasgos, el guion no sufre mayores complicaciones, pero el mismo tiene demasiados momentos en los que los personajes fallan convenientemente en el instante justo o incluso (en los primeros momentos) actúan como si no se trataran de experimentados agentes de campo. Nadie podría decir mucho si Benji (Simon Pegg) o Luther (Ving Rhames) cometen algún error en medio de una misión, de hecho uno diría que la saga se basa en errores como esos que llevan a Hunt a salvar el día, pero que estas equivocaciones comprendan más de la mitad de una escena tan corta que solo existe para ser “la misión que salió mal”, evidencia que no lograron cuidar tanto lo que rodea a la acción como en otras entregas. No es críticable que un personaje se equivoque, pero lo que sí lo es, es que sea transparente que esa equivocación se trata de un movimiento calculado utilizado por los guionistas para facilitarles la vida. Cosas que podrían arreglarse sencillamente con un poco de imaginación o atención pero que, aunque lamentables, no hacen a lo más importante.
Aparte del hecho de que Tom Cruise debe poner en riesgo su vida para filmar la película, lo fundamental son sus personajes. Principalmente en esta franquicia, en la que su James Bond es mucho más vulnerable emocionalmente. Su amor por la relación que no pudo ser, la amistad y lealtad que sostienen su equipo, todos son puntos tan importantes en esta franquicia como lo son las acciónes de riesgo de su estrella. Cada vez más con cada nueva entrega, la tensión viene de Hunt luchando por salvar no solo vidas ajenas sino la de los cercanos a él. Esta sexta película logra entregar lo que las terceras partes (o sextas si tienen suerte) tienen que ofrecer: conclusiones a gran escala de conflictos de entregas anteriores. Y a pesar de tener puntos flojos, consigue cumplir ese cometido con creces.
Sin llegar a la excelencia que logró alcanzar en su cuarta y quinta parte, “Misión Imposible” vuelve a entregar una de las mejores opciones del cine de acción. Consiguiendo cierres para varios de sus personajes, además de traer unos cuantos para futuras aventuras. Quizás no avergonzarse del pochoclo le haya jugado a favor, pero de todas maneras McQuarrie, Cruise y el resto del equipo tienen que estar más que satisfechos habiendo realizado con mucho más éxito la película que “Spectre” (la más reciente James Bond) intentó ser.