¿Qué es lo que nos atrae, lo que más nos lleva a esperar una Misión: Imposible tras otra? Y eso que la primera, dirigida por Brian De Palma, fue, lejos, pero lejos, la más floja de las seis que desde hace 22 años protagoniza Tom Cruise.
Quien, dicho sea de paso, no parece tener 56 años. Se sabe: el actor de Rain Man y Top Gun hace las tomas de riesgo sin aceptar que lo doblen. ¿Vieron en el backstage cómo se lastimó el tobillo saltando de una terraza a otra en Londres? Si lo vieron, vieron también los cables de los que cuelga y que luego digitalmente se borran.
Porque Cruise no es un atleta, pero tampoco un loco.
¿Será eso, ver a un actor saltar edificios en Londres, correr endemoniadamente, ir a alta velocidad en moto por las callecitas de París, o pilotear un helicóptero por Asia?
Porque esa verosimilitud que Cruise le da al agente Ethan Hunt no está en la trama de sus películas, en las increíbles secuencias de acción, peleas o persecuciones. Ahí hay que dejarse llevar por lo que se siente, cierta adrenalina, y olvidar las reglas del relato convencional del cine.
Y en Repercusión –como en Nación secreta, dirigida también por Christopher McQuarrie: caramba, ganador del Oscar por el guión de Los sospechosos de siempre, y nuevo gran amigo de Cruise, y quien escribió muchos de los guiones de sus últimas películas- la trama es lo de menos. Para los ansiosos: hay tres esferas de plutonio que se han “extraviado”, y que están por llegar a las manos de un ahora terrorista y anarquista - Solomon Lane (Sean Harris), villano de la quinta MI-. Y si Hunt no las consigue -una se la perdió por defender la integridad física de uno de sus asistentes-, otra vez, el mundo estará en peligro.
A los rostros conocidos de Misión: Imposible –Simon Pegg, el wizard de la tecnología; Ving Rhames, experto en bombas ambos compañeros de Hunt en FMI (por Fuerza Misión Imposible, nada que ver con el Fondo Monetario) y Alec Baldwin (su jefe), se suman otras caras femeninas asiduas, como la Ilsa Faust que compone Rebecca Ferguson, y el amor de la vida de Hunt (Michelle Monaghan). Agreguen a Vanessa Kirby (la princesas Margaret en The Crown) como la Viuda Blanca, una femme fatale, y un agente de la CIA al que adosan en la misión a Hunt, que compone Henry Cavill, el último Superman.
Lo dicho: no pidan verosimilitud, porque Repercusión es, más que las anteriores, una suma de escenas de acción, eso sí, magníficamente rodadas y presentadas. Que tienen eso, acción, pero también humor y sorpresa.
Las vueltas de tuerca son una marca registrada en las MI, así que a disfrutar sin temer sentirse engañado, porque total, aquí se engaña a cualquiera.