El engaño a la orden del día
Hace 22 años que Tom Cruise protagoniza a Ethan Hunt. Desde la primera Misión: Imposible de 1996 llevada al cine por Brian De Palma es que vemos a este equipo de espías encaras misiones inverosímiles. ¿Qué es entonces lo que nos lleva a ver cada una de las nuevas películas que estrena? Que cada una se supera a la anterior.
La historia parece ser sencilla: mientras Ethan Hunt (Cruise) se encuentra oculto en Belfast, recibe una nueva misión: obtener antes de que llegue a sus manos el plutonio que permitiría a los seguidores de Salomon Lane (Sean Harris), villano de la quinta MI, quienes se hacen llamar Los Apóstoles, el poder ensamblar poderosas armas nucleares que usarían en distintos lugares del planeta para desbaratar el orden mundial. Deberá evitar que la denominada Viuda Blanca (Vanessa Kirby), una elegante contrabandista británica, le entregue los dispositivos de plutonio a Lark Decoy (Liang Yang). Para esto Hunt viajar a París, pero no lo hará solo, ya que se verá obligado a aceptar como compañero de misión a un agente de la CIA: August Walker (Henry Cavill).
Una serie de eventos desafortunados hace que Hunt deba hacerse pasar por Decoy y con ayuda de su equipo –Benji Dunn (Simon Pegg) y Luther Stickell (Ving Rhames)- aceptar una de las peticiones de la Viuda Blanca: liberar al anárquico Lane, quien está bajo la custodia de la policía francesa. Y como si no fuera poco, entra en escena Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), quien tiene una misión poco agradable para Hunt.
Repercusión es una suma de escenas de acción imperdibles, increíblemente filmadas y editadas. Y si bien los doble de cuerpo pasan debidamente desapercibidos, hay que decir que gran parte de las escenas están llevadas a cabo por el propio Cruise, lo que le da un plus adicional: corre, salta, se arroja, escala, pelea, da vueltas… Tampoco falta el humor y la sorpresa: las vueltas de tuerca ya son una marca registrada en Misión: Imposible. Es retorcida y entretenida.
Esta película no hace más que confirmarnos que Tom Cruise para nada está oxidado y que las ideas no se agotan. Es una saga capaz de reciclarse y jugar con elementos narrativos clásicos de los films de espías, utilizando toda la tecnología al alcance como para seguir impresionando al espectador. Misión: Imposible, Repercusión nos trae al James Bond de esta generación y a una de las mejores películas de acción de los últimos años.