Tres esferas de plutonio, un error, Ethan Hunt y su equipo, una seductora Rebecca Ferguson y casi dos horas treinta de acción. Imposible aburrirse.
La intrincada trama de "Misión: Imposible-Fallout" tiene un exceso de giros tipo que están enraizados en elaborados engaños e identidades falsas. Un trío de esferas metálicas, del tamaño de bolas de bochas, que contienen plutonio y están adornadas con artefactos para enchufarlas catastróficamente en detonadores. Los villanos terroristas que lo buscan son Solomon Lane y los Apóstoles, John Lark y el Sindicato, cuyas intenciones no son buenas, lo sabemos. Con la ayuda de un científico nuclear deshonesto, planean cometer un asesinato nuclear masivo, y Ethan Hunt (Cruise) y sus colaboradores más cercanos en la Fuerza de Misiones Imposibles, Benji (Simon Pegg) y Luther (Ving Rhames), organizan una reunión con los vendedores de bolas de plutonio, pero resultan emboscados.