McGyver en el espacio. Así se podría definir a The Martian - el último filme del meister Ridley Scott - en pocas palabras. Un tipo se queda varado en el espacio y tiene que apelar a la inventiva para sobrevivir como sea con las pocas cosas que tienen a mano. Y si bien es un gran espectáculo plagado de creatividad y momentos de tensión, hay algo que se echa de menos y es el realismo dramático. Matt Damon está demasiado entero mentalmente a lo largo de toda la jornada y, aunque sea un optimista empedernido, debería tener períodos de oscuridad o al menos, algo de filosofía barata y zapatos de goma. Digo: si te quedás solo en medio de la nada, el 99% de las probabilidades es que te vayas a morir y, aunque el resto supiera de tu existencia, demorarían demasiados años en poder mandarte siquiera un sandwichito con una coca... ¿cómo te pondrías de la cabeza?. ¿No comenzarías a pensar cosas profundas como el sentido de la vida o por qué el destino te eligió para que seas el único tipo de la historia de la humanidad que va a morirse en otro planeta distinto a la Tierra?.
Ciertamente el libreto de The Martian es bárbaro. Drew Goddard - Daredevil de Netflix, Cloverfield, La Cabaña en el Bosque - escribe como los dioses y se las ingenia para hacer una tonelada de ciencia dura completamente digerible al espectador promedio. The Martian sigue la misma onda de Gravedad - supervivencia de un náufrago en el espacio; ciencia realista pura y dura - pero el filme de Alfonso Cuarón era mucho mas completo, asfixiante, atrapante y creativo. Acá la sensación de claustrofobia se pierde debido a que el tipo tiene un planeta entero para deambular. Es mas un espectáculo voyeurista de ver qué es lo que se le ocurre hoy para sobrevivir, o como vence un contratiempo inesperado. Matt Damon es un actor formidable y no hay papel en el cual no esté bien, aunque ésta sea la tercera vez que tengan que ir a buscarlo a algun lado (primero en Rescatando al Soldado Ryan y después repitiendo su naufragio espacial en Interestelar). Se la pasa hablando a cámara, explicando lo que va a hacer, y exhibiendo un optimismo a prueba de balas. El libreto está plagado de ocurrencias - desde crear un invernadero fertilizado con excremento humano hasta utilizar el vetusto Mars Pathfinder para comunicarse con la Tierra, inventando un ingenioso lenguaje gestual sobre la marcha - y, cómo todo relato de supervivencia, hay obstáculos. Lo curioso es que, ni aún el peor desastre del universo logra desanimar a Damon - solo desde hace meses, carente de comunicacion humana, y alimentado a una dieta compuesta puramente de papas -. Quizás su estado mental se deba a que tiene un buen stock de capítulos de Happy Days pero, ¿es tan así?. Yo creo que un entorno de tecnología no puede librarte de un pensamiento pesimista en una situación tan apremiante como esta. Es cierto que The Martian no es la versión interplanetaria de Náufrago - Matt Damon dispone de muchísimos mas recursos para entretenerse y subsistir antes de tomar una pelota de basquet, pintarle una cara y comenzar a hablarle para aliviar su soledad -, pero la situación (tarde o temprano y debido a su gravedad) te tiene que desbordar. Acá el tipo siempre está en sus carriles, y ni siquiera una dieta del demonio logra desequilibrarlo.
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Aún con esa falta de evidente desesperación por parte del protagonista The Martian brilla. Ridley Scott sigue demostrando que es un maestro en el terreno de la ciencia ficción, y sabe crear grandes secuencias y excelentes climas. Si hay otro detalle que resulta acotable - y hasta molesto - es la chupada de medias con que se despacha el libreto para seducir a las plateas chinas; y es que la misión de rescate sólo subsiste debido a que los asiáticos son los únicos que cuentan con un super cohete que puede llevarle las provisiones a Damon sin recambio de fuel oil por el camino. La trama no lo precisaba y sólo queda como un descarado esfuerzo de marketing.
The Martian es una aventura sólida y digna de recomendación. Es un drama en donde la ciencia se luce, transformada en creatividad pura debido a la supervivencia. Quizás el aspecto humano no está tan bien desarrollado, pero el show está servido y es realmente entretenido, siendo uno de los mejores filmes de sci fi del año que termina.