- "¿Qué ha hecho este hombre , me pregunto, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y soledad? " - Jorge Luis Borges para el prólogo de Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury.
El espacio exterior siempre fue una fuente inagotable de material que inspiró la realización de grandes obras cinematográficas. Con el paso del tiempo, y de los avances tecnológicos, esa materia prima que utiliza la industria de Hollywood se encuentra cada vez más accesible para sus hacedores y la curiosidad por abordar la temática transita hoy un momento inigualable para el género de ciencia ficción.
En los últimos años varias producciones abordaron los viajes espaciales con muchísimo éxito, tanto en taquilla como en premios: Gravedad (2013) de Alfonso Cuarón, e Interestelar (2014) de Cristopher Nolan, son claros ejemplos de que la industria del cine seguirá intentando explotar esta temática mientras le de los resultados esperados y en este sentido Hollywood está preparada para una nueva expedición, esta vez a Marte.
El estreno de Misión Rescate (2015) no solo es una nueva incursión de parte del cine hacia el planeta rojo - recordemos los fallidos intentos de Fantasmas de Marte (2001), Misión a Marte (2000) y Entre dos mundos (2012)- sino el regreso triunfal a la ciencia ficción del director Ridley Scott, género que marcó algunas de sus películas más exitosas como Alien, el octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982).
La historia, basada en la novela The Martian (2011) de Andy Weir, sobre la supervivencia en Marte de un astronauta dado por muerto durante una misión y abandonado por su tripulación, se transforma rápidamente en un fascinante y detallado relato sobre el día a día de Mark Watney (Matt Damon) en este planeta inhóspito, donde deberá recurrir a su ingenio para sobrevivir y encontrar la forma de establecer contacto con la Tierra, mientras que la NASA y un equipo de científicos trabajan para lograr rescatarlo.
Ridley Scott consigue ponderar lo emotivo sobre el contenido científico, logrando un producto final que aporta nuevos recursos argumentales a un género en pleno auge y expansión. De gran ayuda fue el trabajo del ingenioso guionista Drew Goddard (Cloverfield, Guerra Mundial Z, La cabaña del terror) quien logró adaptar la novela de Weir, caracteriza por poner una atención obsesiva en cada detalle, de una forma excepcional.
Aunque el desenlace quizás no esté a la altura de la propuesta inicial, el resultado final de Misión rescate es satisfactorio manifestando una clara convicción de que todavía sigue existiendo lugar en Hollywood para proyectos interesantes que se aproximan a la problemática de la condición humana sin dejar de lado el entretenimiento.