xMisión rescate es la mejor película que brindó Ridley Scott en los últimos años.
En realidad su talento como narrador nunca decayó pero los argumentos de sus filmes recientes generaron que esas propuestas no terminaran de convencer. Todavía me duelen los ojos al recordar los cocodrilos de animación computada de Exodus.
Por eso es muy importante destacar en este estreno el excelente trabajo que hizo Drew Goddard (el director de La cabaña del terror) en el guión al adaptar la novela El marciano, de Andy Weir.
Junto con la labor de Scott en los aspectos visuales, ambos artistas lograron construir un gran thriller de supervivencia que presenta la incursión más optimista es inspiradora del director inglés en el espacio.
Una sorpresa de esta película es el alto de contenido de humor que tiene la historia que contribuyó a darle muchísima humanidad a los personajes, muy especialmente al astronauta que interpreta Matt Damon.
No sé si esto también era parte de la novela original porque no leí la obra de Weir, pero en la película los comentarios sarcásticos del protagonista estuvieron correctamente insertados dentro del argumento.
Dentro de su narración el director fusionó a la perfección el drama con el humor que contribuye en varias escenas a descomprimir la tensión del conflicto.
Un elemento que tampoco suele aparecer con frecuencia en el cine de Scott. De hecho, los únicos filmes que hasta la fecha habían presentado diálogos graciosos eran Los estafadores (2003) y Un buen año (2006), con Russell Crowe, que son dos rarezas de su filmografía.
Por eso en Misión rescate esta cuestión resulta un ingrediente llamativo.
El aislamiento que vive el personaje de Damon en Marte por momentos trae al recuerdo la película de Robert Zemeckis, Náufrago.
La diferencia es que en este caso el drama se complementa con los esfuerzo de la NASA por salvar la vida del protagonista, donde se llegan a lucir en roles secundarios Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor y Jeff Daniels.
Como propuesta de ciencia ficción la película no tiene la complejidad visual de Gravedad ni el contenido emocional de Interestelar, pero cuenta con una interesante virtud.
Durante varios momentos de este film Ridley Scott nos hace creer que reconstruyó una historia basada en hechos reales por la manera en que trabajó el drama del conflicto. Entonces enseguida recordás que esto es pura ficción y ahí encontrás la genialidad del director y el efecto que tiene su narración en el espectador.
Desde los aspecto visuales la película brinda el cine de Scott en estado puro, donde sobresale una recreación imponente del planeta Marte y las misiones espaciales que merecen ser disfrutadas en el formato de tres dimensiones.
Si hubiera que objetarle un mínimo detalle a esta producción es que cerca del final el relato se centra demasiado en la misión de rescate, cuando la atención y el atractivo del conflicto reside en la situación en la que se encuentra Matt Damon.
La verdad que no tenía muchas expectativas por este estreno y resultó una película mucho más entretenida e interesante de lo que esperaba.
Volvió Ridley Scott. A disfrutarlo en el cine.