Un viejo maestro que no deja de dar lección de cine
¡Qué notable narrador es Ridley Scott! Nunca se pierde lo aprendido en la escuela, y con casi 78 años su pulso para contar una historia luce (se escucha y se ve) tan vital y creativo como desde los comienzos. En su cuarta incursión en el futuro y en el espacio, luego de “Alien, el octavo pasajero” (1979), “Blade Runner” (1982) y “Prometeo” (2012); el inglés de South Heals hace del drama, la aventura y el sub género de la supervivencia un combo en el cual el espectador es invitado cordialmente a vivir, reír, sufrir y emocionarse junto al protagonista de “Misión rescate”.
Como lo indica la narrativa clásica, las primeras tomas son grandes panorámicas del bello, pero vasto, gigantesco y desolador, paisaje marciano. El lugar donde ocurrirá la mayor parte de la acción.
En una misión de rutina (más para el cine que para la ciencia) en Marte. El científico Mark Watney (Matt Damon, de sólida actuación) sufre un golpe durante una cegadora tormenta de polvo y es dado por muerto por el resto del equipo que obligadamente debe abandonar el planeta rojo y emprender el regreso al nuestro. La tripulación en la nave y el comando en Houston están tristes y convencidos de la tragedia. Sin embargo, Mark está vivo y, como corresponde a la condición humana en la vida, y en el cine, dispuesto a todo para sobrevivir. Será el abanderado de la esperanza jugando a contrarreloj.
El guión de Drew Goddard, el mismo de la notable “La cabaña del bosque” (2012), toma algunos elementos de la aventura clásica para contar esta suerte de Robinson Crusoe, pero centrando la capacidad de supervivencia en el conocimiento ciento, que por cierto funciona de maravillas en todo lo concerniente a la instalación del verosímil. De esta forma, la química, la matemática, y la física son los pilares sobre los cuales se apoyan las mejores posibilidades de seguir vivo. Pavada de campaña para hacer el secundario y terminarlo.
Mientras tanto el director va agregando dosis magistrales de obstáculos y soslayos repartiendo el juego en forma de compaginación triangular. La acción va rebotando entre tres escenarios. En la Tierra, con el director de la NASA, Teddy Sanders (Jeff Daniels) y su jefe de misión Vincent Kapoor (Chiwetel Ejiofor) tratando de enviar ayuda; en la nave, con la comandante Melissa Lewis (Jessica Chastain) buscando manejar la sensación de culpa; en Marte, con un protagonista desbordando optimismo hacia la platea.
Habrá un lugar destacado para las seguras nominaciones al Oscar por efectos especiales, sonido, compaginación, fotografía, etc, cosa a la que el realizador de ”Gladiador” (2000) nos tiene acostumbrados, pero siempre al servicio de contar la historia. Más allá de tener algunos de los grandes momentos de cine bien hecho de éste año, hay un elemento crucial en esta producción. Se ve pocas veces un ejemplo tan claro de cómo se puede utilizar uno de los factores que más estresan al ser humano promedio de hoy: el tiempo, no el paso del mismo, sino el apremio, la falta, la urgencia que genera. Esos son los elementos que juegan a favor del entretenimiento, la tensión y el ritmo. Eso es “Misión rescate”.
¡Qué notable narrador es Ridley Scott! Un viejo maestro que junto a otro, como Clint Eastwood, no paran de dar lecciones de cine.