Richard Gere en el mundo del crimen
El asesinato de un senador en los Estados Unidos parece llevar la firma de un mítico asesino soviético que había sido dado por muerto hacía ya tiempo. Un ex agente de la CIA; experto en el personaje que parece haber vuelto al ruedo criminal, es convocado para participar de una investigación sobre el caso, junto a un joven recién llegado a la fuerza de seguridad.
Richard Gere protagoniza este policial tan correcto como previsible sobre la fórmula pareja-despareja-entre-veterano-y-novato, con una vuelta de tuerca que si bien provoca cierto interés la forma en que se van torciendo los acontecimientos, no logra salir de la medianía promedio en la que se ubica el policial hollywoodense de los últimos años (o décadas).
El debutante director Michael Brandt transita sus 40 años pero recién con este título llega al cine tras la cámara, luego de una carrera interesante como guionista (de la vertiginosa Wanted, con Angelina Jolie, al excelente western 3:10 to Yuma). El caso de The Double, tal su título original, está lejos de los títulos mencionados, más allá de la búsqueda evidente de sobrevolar el análisis de la psiquis de su personaje central, a cargo de Gere, quien, como ya sabemos, no tiene mayores matices para aportar al momento de la interpretación.
Hay sin embargo en este Misión secreta una escena que por su aparente simpleza termina destacándose, y es la que involucra a ambos agentes de la CIA compartiendo una cena de tono familiar, con un alto nivel de tensión que pone en la puerta amplias posibilidades de explosiones varias. Sin embargo, esos notables minutos de narrativa compacta y certera, se diluyen en un todo empobrecido por los vericuetos previsibles que termina eligiendo tomar el guión, perdiendo sustancia a medida que las escenas se acumulan y los giros dejan de causar sorpresa.