Los nuevos niños perdidos
Jacob (Asa Butterfield) es un gris adolescente, solitario y sin amigos que siempre ha estado fascinado por las historias fantásticas que le contaba su abuelo Abe (Terence Stamp), pero al ser centro de burlas decidió abandonar esas creencias. Cuando su abuelo muere, le da un mensaje enigmático que lo llevará a una isla de Gales a la que viaja acompañado por su padre Frank (Chris O´Dowd). Allí buscará el lugar donde su abuelo creció, una casona que fue el hogar de niños con poderes cuidados por la directora Alma Peregrine (Eva Green). Al conocer a los niños peculiares y sus habilidades queda encantado con la vida que llevan, pero hay un grave peligro acechando que puede poner fin a todo.
Tim Burton, quien supo dar muy buenas películas como la Batman de 1989, Ed Wood (1994) o El cadáver de la novia (Corpse Bride, 2005) ahora dirige esta adaptación del libro de Ransom Riggs, es en la primera hora donde logra un relato más ordenado y demuestra que puede lidiar con un variado grupo de niños. Luego el guion de Jane Goldman (responsable de escribir X-Men: Primera generación de 2011, Kingsman el servicio secreto en 2015 y su próxima secuela, entre otras) se aleja cada vez más del material original para darle algo parecido a un cierre y dejar en suspenso la realización de las adaptaciones de los siguientes libros de la trilogía.
Dentro del elenco se destacan Eva Green como Miss Peregrine, Allison Janney y Chris O'Dowd quien merecía algunos momentos más en pantalla, al igual que Judi Dench que está desaprovechada. Samuel L. Jackson logra un buen villano que parece salirle sin esfuerzo.
Como en la mayoría de los casos de adaptaciones literarias llevadas al cine, Miss Peregrine y los niños peculiares no le hace honor al libro pero es una película entretenida que atrapa enseguida al espectador, algo caótica en su última hora que casualmente es donde tiene más momentos donde se nota el sello del director y aunque no es su mejor película supera a sus dos trabajos anteriores.