Nuevo acercamiento de Tomas Lipgot al universo de este excéntrico personaje en una inclasificable propuesta con música, escenarios y mucha pasión. Si por momentos lo ecléctico predomina es tal vez por la línea en la que decide trabajar el director.
La pasión de Moacir, y la pasión de Lipgot se conjugan en un relato que abarca no sólo un costado musical, sino que, principalmente, viene para cerrar una trilogía sobre el ser, su existencia y el catalogo de las mismas.