Te llevo para que me lleves.
Moana: Un Mar de Aventuras nos regresa en el tiempo dos mil años, antes de que las islas del pacifico Motu Nui formasen parte de la geografía chilena. En aquellas islas, una joven llamada Moana tendrá la difícil tarea de buscar a Maui, un antiguo semidiós, culpable de que los atolones donde habita su tribu se sumerjan en un caos ecológico.
Antes de hacer mención a cualquier otra arista de Moana: Un Mar de Aventuras, nos vemos en la obligación de descarta su apartado óptico. La nueva cinta de Disney es un espectáculo visual y sonoro, las escenas que ocurren en el mar –y lugares más allá del mar– son una caricia a la retina, y en estos tiempos donde los efectos visuales son un estándar en materia de superproducciones y no sorprenden, esta cinta deja boquiabierto al espectador por la espectacularidad de las luces y animaciones.
Tuve la fortuna de visionar una copia con las voces originales de los actores, destacándose el increíble trabajo vocal de la joven Auli’i Cravalho, quien interpreta a Moana y entona la demoledora canción How Far I’ll Go, leitmotiv del film con nominación a los Globos de Oro (que probablemente también logre una nominación al Oscar). Sobresale además Dwayne Johnson, quien afinó sus cuerdas vocales para ponerle la voz a Maui, el semidiós, y además se despacha con una gran canción titulada You’re Welcome.
Para esta producción, Disney decidió realizar una suerte de tabula rasa, esta vez la protagonista no es parte de la realeza, ni rubia de ojos claros. Moana es morocha de ojos marrones, cabellera ruluda, no es princesa, sino que es hija del jefe de la tribu maorí a la cual pertenece. Además, la cinta plasma la idea de no temerle a lo desconocido, y sobre todo, lo importante que es descubrir nuestros orígenes y respetarlos, porque somos de donde somos y hay que estar orgullosos de ello, así como Moana se embarca en una travesía por el desconocido mar, el cual puede ser la vida misma.
Moana: Un Mar de Aventuras no le escapa a los típicos clichés que se encuentran en toda película de Disney: los bajones predecibles, aparente rendición y demás tópicos cantados de antemano, siempre presentes en los mismos momentos en casi todos los relatos de la factoría. Afortunadamente en esta oportunidad se disimula mejor, debido a que la película cuenta con divertidas referencias a Mad Max, Waterworld, al videojuego Shadow of the Colossus y a otras películas clásicas de la casa del ratón.
Como curiosidad cabe destacar que en varios países de Europa tales como España, Italia, Portugal, Noruega y una larga lista más de naciones, el nombre original del film de Disney fue cambiado a Vaiana, Vajana e inclusive Oceanía. La razón para el cambio de identidad de la cinta en Italia se debe al hecho de que la protagonista de Moana: Un Mar de Aventuras lleva el mismo nombre que Moana Pozzi, una actriz porno italiana muy conocida en el país tano que murió de forma repentina dejando atrás de ella un legado de misterio, dudas acerca de si su deceso fue urdido por la propia actriz, además de varias cintas condicionadas para adultos. Mientras que en los otros países donde fue trocado el nombre se debió a que Moana es una marca registrada de un gel.
Conclusión:
Moana: Un Mar de Aventuras es todo un acontecimiento visual y sonoro. Las canciones originales son fantásticas en su mayoría –al menos en su idioma original– y quedan dando vueltas en la cabeza del espectador durante un buen tiempo, lejos de las insoportables melodías de Frozen. Su aparto visual es increíble, y los personajes concebidos son totalmente geniales. Un entretenimiento de principio a fin, y sin lugar a dudas una de las mejores películas de Disney en toda su historia.