Mocha

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

Espacio de oportunidades.

El trabajo y el potencial que tiene Mocha Celis como escuela abre el abanico a nuevas posibilidades, y muestra que otro tipo de educación es posible en esta sociedad que aún sigue estigmatizando a las personas por sus elecciones personales. Brinda luz a tanta oscuridad generada por la discriminación y mente cerrada o mirada antigua sobre la vida de los demás.
Mocha (2017), es una creación colectiva del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis. En Chacarita, Buenos Aires, funciona este primer Bachillerato para personas Trans del mundo, “Mocha Celis”. Sus estudiantes se convierten en realizadores junto a su director para documentar una historia sobre identidad, educación e inclusión; además de dejar asentada una militancia en pos del acceso a los mismos derechos que el resto de la sociedad.

Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi son los directores de este documental al estilo casero y encargados de hacer visible lo que no puede verse a simple vista; si bien cada uno de los estudiantes que participa cumple un rol diferente eligen relatarnos cómo lo van a realizar; quizás esto sea muestra de su realidad, puesto que se trata de un grupo organizado que comprende que debe hacer todo por mano propia y sin apoyo comercial, como todo precursor en sus comienzos. Este valiente trabajo sirve como herramienta para argumentar la experiencia de la primera escuela pública, laica, gratuita y con perspectiva de género del mundo, cuya necesidad es sustancial para la inserción de las personas trans, constantemente expulsadas del sistema educativo, laboral, de salud, y maltratadas por su condición.

Mocha Celis es el nombre de una travesti tucumana que fue asesinada en los ’90 por la policía. Mocha no sabía leer ni escribir. La escuela lleva su nombre en su honor y con la intención que no se repita este aberrante hecho nunca más.

“A través de la mirada podemos construir un modo de ser, y eso me lleva a pensar hacia donde quiero ir y qué es lo que quiero hacer. Las personas trans estamos atravesadas por un sinfín de situaciones que construyen nuestra historia de la manera más rica hasta la más penosa. Esas formas a veces agresivas y hasta denigrantes nos construyen, nos muestran ante una sociedad débiles de poder creer, de poder soñar y hasta de poder amar nuestra construcción o transición como cada una quiera llamarlo. Nos acusa ante una sociedad machista que nos dice traidoras porque decidimos decidir sobre nuestros cuerpos golpeados de tanta hipocresía y tan frágiles porque luchar por mostrarse fuertes cuesta y hasta mata.” Fragmento de La mirada transicionada (El poder de la mirada) por Virginia Silveira, egresada de Mocha.