Nacido en Brasil, pero radicado en Colombia, Alejandro Landes comenzó filmando Cocalero en Bolivia, luego rodó Porfirio y ahora contó con aportes de nueve países para dirigir la ambiciosa, provocadora y fascinante Monos, que tras recorrer decenas de festivales (entre ellos Sundance, Berlín, Bafici y San Sebastián) se estrena comercialmente en la Argentina.
Elegida por Colombia como su representante para competir por el Oscar a Mejor Película Internacional, Monos describe el accionar de La Organización, un grupo de guerrilleros adolescentes que funciona como un culto y ha secuestrado a una "doctora" estadounidense (Julianne Nicholson) en plena selva de montaña. Los entrenamientos cotidianos, las contradicciones, los deseos y las miserias de estos muchachos y muchachas son descriptos de manera bella y brutal a la vez, en lo que por momentos parece una mixtura entre Bella tarea, de Claire Denis; Deliverance: La violencia está en nosotros, de John Boorman; y Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola.
Hay momentos en que Landes cae en cierto impacto calculado y en un regodeo algo caprichoso (como si fuera rehén de su propio virtuosismo), pero Monos no deja de ser un film subyugante en su incursión en el género de aventuras, el terror y el drama. Una mirada distinta, incómoda y sin concesiones, a la violencia de una guerra civil que marcó (y sigue marcando) la historia reciente de Colombia.