Llega a salas "Monsieur & Madame Adelman", la ópera prima de Nicolás Bedos, actor galo que debuta detrás de las cámaras con una realización que llegó al palmares de los premios César durante su última edición. Esta es la historia de una pareja.
No una convencional, sino dos seres inmersos en el mundo de la literatura: el escritor y su musa. Atravesados por ella, pero conviviendo con los problemas naturales que uno vive cuando se piensa unido a alguien durante un largo período.
La cinta recorre 45 años en la vida de Sarah (Doria Tillier, quien es pareja en la vida real del realizador y también co escribió el guión)y Víctor de Richermont (Bedos) y se relata en forma ordenada y cronológica, los eventos salientes de la relación, de 1971 hasta 2016, fecha de la muerte del escritor. Todo se inicia con la consulta de un periodista que charla en el funeral con Sarah, para pedirle algún detalle saliente de la vida de esta celebridad literaria.
Ella, lejos de inhibirse, comienza un pormenorizado racconto desde que surgió el flechazo, hasta los últimos tiempos del hombre que amó con locura. Viviremos el pasaje a través de distintas épocas y eventos, que hicieron a la construcción del escritor de éxito en que logró convertirse Víctor. Bedos aprovecha un gran trabajo de maquillaje (el tema de modificar la edad de la pareja se presentaba como un desafío) y aporta una natural química para la pareja que integra con Tillier.
Se complementan de maravilla y eso enriquece el film. Es de dos personas enamoradas (lo escribieron juntos) e interpretan de dos personas enamoradas. Ergo, es convincente desde todo punto de vista. La trama, sí, llena de desniveles, engaños, debilidades y aciertos, es la esperable, aunque para mi gusto, es demasiado lineal. Y sí también es discutible la revelación de cierre de la película, que para muchos puede oscurecer, parte de la historia relatada.
En lo personal, creo que es una película prolija, con una actuación destacada de Tillier que es ideal para parejas que quieren verse proyectadas en el futuro. Es un drama romántico, instalado en París y con toda la carga que eso significa: psicoanálisis, amantes, largas discusiones de café, etc. Pero aprueba y es un film con el típico acento francés para los amantes de esa geografía cinéfila.