Monster Hunter: la cacería comienza

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

-¿Señor Paul W.S. Anderson?

-Así es.

-Acaban de llamar varios directores. Quieren que les devuelva sus ideas.

-¿?.

-Llamó Roland Emmerich y dijo que la idea de marines vs aliens en el desierto la estrenó él en Stargate. También llamó Byron Haskin, quejándose de lo parecido que es esto con Robinson Crusoe en Marte. En la misma línea están John Boorman con Infierno en el Pacífico y Wolfgang Petersen con Enemigo Mío sobre gente que no sabe comunicarse pero se amiga frente a una amenaza común. De Piratas del Caribe Will Turner le pidió que le regrese la idea de cómo abrir los goznes de un calabozo de barco pirata… ¡Ah!. Y que le regrese los barcos. Gore Verbinski se quejó y dijo que él ya hizo navegar galeones en la arena. También llamó Stephen King y protestó porque la idea de una torre lejana que controla un mundo hostil es suya. Del mismo modo Rob Bowman le pidió que le regrese los dragones (y las ideas de cómo matarlos) de El Reinado de Fuego. ¡Ah! Incluso usted se llamó a sí mismo!

-¿?¿?

-Sip… porque la idea del final abierto y todos luchando contra una amenaza gigantesca se la copió del final de Mortal Kombat.

Odio la malaria. Odio que me retengan perlas como la última de James Bond, la despedida de Viuda Negra o siquiera la de Rápido y Furioso con el nardo de John Cena. En cambio, uno tiene que desayunarse estos bodrios, los requechos que nunca podrían haber hecho buenos números en la taquilla… con el plus – muy gracioso, por cierto – de que los zoquetes responsables de esto ni siquiera hicieron los deberes y metieron una frase ultra ofensiva super racista en el el libreto que ofendió a toda China y les cerró el mayor mercado cinematográfico del mundo, amén de ser el único en donde podían ser un fenómeno de taquilla ya que los asiáticos tienen un fetichismo incontrolable con los monstruos. Nop, señor, esta película viene mal parida y yo no soy quien para encargarme del parto. No la encuentro particularmente aburrida ni espantosa, simplemente mal ejecutada y sin energía. Digo: la idea es tan simple, estúpida y básica: ir del punto A al punto B y pelear con los monstruos que hay en el medio. ¿Qué tan horrible e inepta puede ser la ejecución?.

Bue, la realidad es que los detalles te matan. La Jovovich sigue siendo bella, está mas veterana y morruda y está bien en las escenas de acción pero no se ve para nada convincente como una dura ranger en medio del desierto afgano. La escuadra que la acompaña – al igual que los piratas JoJoJo que van con Ron Perlman – parecen salidos de un catálogo de Vogue y lo que menos tienen pinta es de guerreros curtidos o de saber empuñar un arma. Pero creo que lo mas terrible son los 100 cortes por minuto que mete Anderson en lo que cree que es inyectar adrenalina en un relato mustio. La edición frenética le sirve para camuflar que su esposa no es tan hiper veloz como Tony Jaa (aunque lo parece) pero a la hora de pelear con los bichos gigantes la cosa aturde y se vuelve convulsiva… y lo dice alguien que normalmente no se queja de una edición esquizofrénica como ésta. Es como si ése fuera el único estilo de filmar de Anderson: mata todo, incluso lo que podría ser interesante.

Entre la edición y el fuerte olor a pastiche los puntos bajan para Monster Hunter pero yo creo que podría haberse quedado en un solido entretenimiento serie B simplemente con otro director, sin tocar una coma del script, con otro tipo que haga ambiente misterioso y editara las escenas a un ritmo normal. Anderson se dispara en sus propios pies todo el tiempo ya que logra paisajes formidables… que solo pasan delante de tu ojo durante medio segundo porque ya cambió el plano. Ok, eso disfraza FX y escenarios digitales mediocres pero llega un momento que aturde. Del mismo modo, el filme se podría haber sostenido perfectamente con la Jovovich y Jaa en vez de meter a un gordo y sobreactuado Ron Perlman y al equipo de Fashion Police.

Sip, es posible que esté muy quisquilloso últimamente pero también es cierto que mi paladar extraña cine de calidad. Gastar 90 minutos en esto y salir apenas entretenido es un desperdicio de tiempo y me deja con la panza vacía. Desde Jojo Rabbit hasta Stanley Kubrick, desde Otto Preminger hasta una de romanos con 500.000 extras en pantalla, hay toneladas de cintas de calidad que valen la pena descubrir (o redescubrir) antes que reiterar con un director mediocre. Sorry Paul – eres el nuevo Uwe Boll, ¿lo sabías? -, antes con las salas abiertas te podía dedicar un tiempo ya que la oferta de cintas de todo tipo abundaba: hoy en día preciso un bálsamo de gran cine (de ese que era totalmente original, emocionante e inolvidable!) para redescubrir por qué sigo enamorado del séptimo arte y, de paso, inyectarme un poco de energía en mis venas agotadas por la abrumadora desolación del paisaje que me rodea.