Dos guerreros de universos diferentes, un objetivo al que llegar y una variedad de monstruos en el camino
En un desierto genérico que podría estar en cualquier lugar de Medio Oriente donde suelen andar exportando democracia, un equipo de Rangers estadounidenses, liderados por la teniente Artemis (Milla Jovovich), rastrea a otro equipo que lleva un tiempo desaparecido.
monster hunter crítica poster monster hunterCuando el rastro desaparece en el medio de la nada, una extraña tormenta se forma repentinamente y los envuelve antes de que puedan escapar. Cuando se dispersa, se encuentran en un lugar desconocido, cerca de los restos calcinados de los soldados que buscaban y a merced de un gigantesco monstruo que los ataca sin piedad.
Solo Artemis sobrevive. Con la ayuda de un guerrero local (Tony Jaa), que también se vio separado de su grupo, deberá formar una inestable alianza que le permita sobrevivir lo suficiente en este extraño mundo, para así encontrar el camino de regreso a casa.
Monster Hunter, sin más vueltas
No hay mucho más que merezca explicarse sobre la trama de Monster Hunter y al menos nadie pretende disimularlo. Los primeros dos tercios de la película transcurren prácticamente sin más diálogos que los elementales para trazar las líneas básicas del mundo donde va a suceder toda la acción. Los personajes no tienen ni necesitan más desarrollo que mostrarse capaces de sostener un arma y de combatir, especialmente el grupo de secundarios de los que solo se espera que cumplan con suficiente eficacia su tarea de morir de formas grotescas y pasar al olvido.
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Al menos, hasta que no queda otra que poner a alguien explicando el desafío final que da forma al tercer acto. Oportunamente aparece el único personaje capaz de hablar inglés. Una vez que El Almirante (Ron Perlman) cumple su misión de darle a Artemis (y al público) los detalles de lo que necesitan hacer para completar su misión, vuelve la acción frenética a Monster Hunter, a base de monstruos tan desproporcionados como las armas que usan para combatirlos.
El director Paul W.S. Anderson (Mortal Kombat, Resident Evil) ya tiene experiencia previa en este tipo de productos y lo ejecuta con bastante oficio, sembrando en el camino suficientes referencias a los juegos de la franquicia Monster Hunter como para llamar la atención de sus fanáticos, pero sin hacerlas tan relevantes como para dejar afuera a los que nunca jugaron a alguna de las varias versiones publicadas. Los personajes y criaturas remiten de forma directa a versiones de los juegos que el público veterano va a identificar, mientras que la introducción de Artemis desde el otro mundo permite darle ojos propios al público nuevo que descubre junto con ella las amenazas y maravillas de este peligrosa dimensión alterna, donde cada ser vivo parece diseñado para mutilar, aplastar o devorar seres humanos.
Lo más importante de películas como esta es que la acción sea entretenida y las criaturas lo suficientemente aterradoras, dos puntos que Monster Hunter cumple bien sin hacer grandes alardes de creatividad ni correr riesgos innecesarios. Apuesta a lo seguro y se preocupa porque todo se va lo suficientemente verosímil y atractivo como para no distraer de las escenas de acción, por más que eso signifique que quede la sensación de estar viendo una película que ya vimos otras veces.