La versión que corre por varios medios de prensa en Estados Unidos es que el ex CEO de Paramount, Adam Goodman, habría sido despedido de la compañía el año pasado, luego que le hiciera perder al estudio 125 millones de dólares con esta película que concibió su hijo de cuatro años.
Monster Trucks estuvo plagada de problemas durante su producción y su estreno se postergó numerosas veces. Originalmente se había anunciado en los cines para mayo del 2015 pero Paramount modificó la fecha en tres ocasiones y finalmente se la sacaron de encima este año.
El concepto que creó el hijo de Goodman no es para nada malo y en otras manos más creativas hubiera disparado una franquicia de productos infantiles, pero en esta película no supieron aprovecharlo.
Puede sonar estúpido, pero décadas atrás hubo empresarios que se rieron y rechazaron la idea de robots que se transformaban en vehículos y después lo pagaron caro.
El concepto de monstruos alienígenas que habitan camiones y se alimentan del petróleo es una premisa que podían haber funcionado en una producción más cuidada.
Lamentablemente Monster Trucks terminó convertida en esa clase de películas malas divertidas que mucho de nosotros vimos en el pasado y hoy se recuerdan comos grandes placeres culposos del séptimo arte.
Sí, me refiero a Basuritas: La película (1987) y Mi amigo Mac (1988) que en su momento brindaron un pasatiempo entretenido cuando las descubriste de chico.
Munchie, de 1992, también tiene un honorable puesto en esta categoría.
En consecuencia, no tengo dudas que esta película es una gran opción para chicos de entre cuatro y siete años, que son el target de público que más van a disfrutar esta producción.
Para los espectadores mayores puede resultar una tortura, además de un desperdicio de plata en la entrada al cine.
Monster Trucks es una especie de liberen a Willy con camiones y monstruos, donde el director Chris Wedge (El creador de la Era de hielo) desarrolla una propuesta de fantasía con un alto contenido de nostalgia. No fue casualidad que los pósters de esta producción tuvieran un diseño parecido al de los años ´80.
El film evoca claramente esas películas infantiles que mencioné antes a través de un conflicto sencillo que no tuvo mucha elaboración.
El monstruo de la historia resulta simpático y los efectos son pasables, si bien no están a la altura de una producción que costó más de 100 millones de dólares.
Un detalle gracioso de esta película es que sus dos protagonistas, Lucas Till (X-Men: First Class) y Jane Levy (No respires), tienen más de 25 años y acá interpretan adolescentes de 16.
En las escenas que tienen lugar en la escuela secundaria ambos parecen los profesores de sus compañeros y cuesta comprarles el rol de estudiantes.
Vuelvo a reiterar este punto.
Monster Trucks es una película infantil que podría haber tenido una mejor realización y un guión más creativo, sin embargo, con todos sus defectos creo que resulta un pasatiempo decente para los más chicos.