Monster Trucks: Comercial de Camiones.
Lucas Till protagoniza esta película infantil que se queda corta en casi todos los aspectos que pueden llegar a ser interesantes, y cuya única justificación para no ser una película de TV es su enorme (y desaprovechado) presupuesto.
Tripp Coley (Lucas Till; MacGyver) es un joven que vive en un pequeño pueblo de Estados Unidos, donde todo es controlado por la compañía petrolera Terravex, que da empleo a la mayoría de los habitantes. Cuando la empresa intenta destruir un desconocido ecosistema subterráneo para continuar con sus excavaciones, tres extrañas criaturas salen a la superficie y todas son capturadas menos una, la cual escapa hasta el desarmadero de autos en el que trabaja Tripp. La criatura es una especie de pulpo con cabeza de tiburón y una viscosidad que lo hacen parecer hecho de gelatina negra. Cuando Tripp lo encuentra, intenta matarlo, pero al descubrir que es inofensivo lo deja vivir (y con eso me refiero a que lo utiliza como motor para su camioneta cuando descubre que sus tentáculos pueden hacer girar las ruedas) y lo apoda Creach. Con la ayuda de Meredith (Jane Levy; Don’t Breathe) ,una compañera de escuela que intenta ayudarlo con sus estudios a pesar de los maltratos bastante constantes del protagonista, intentaran regresar a Creach y las criaturas capturadas a su ecosistema, mientras Terravex los buscará y hará todo lo posible por ocultar la existencia de los monstruos.
En papel la película tiene potencial, por lo menos en la superficie, su elenco cuenta con actores de gran nivel, tiene un buen equipo a cargo con experiencia en films familiares y tienen una criatura que, a pesar de no ser la más atractiva estéticamente, es simpática y le agrega momentos de humor a la historia.
Monster Trucks tiene dos grandes problemas: en primer lugar, su tema principal son los camiones monstruo, esos que tienen enormes llantas y vemos cada tanto saltando por los aires en alguna película o programa estadounidense, pero en este caso su atractivo no es tal excepto por una persecución en la cual el camión trepa un edificio y va saltando de techo en techo. El interés que podría despertar un auto en una película infantil (Cars es un buen ejemplo) es truncado cuando la criatura viva que da poder al auto no es vista casi nunca durante todas las escenas en las que predominan los camiones o las persecuciones y en su lugar solo podemos percibir emociones de el frente de una antigua camioneta Dodge y la cara poco expresiva de nuestro protagonista. El segundo problema recae en que la historia parece cortada a la mitad en casi todo, la relación entre Tripp y Creach carece de desarrollo alguno y un vinculo, que tendría que ser el combustible emocional de la historia a la Elliot y E.T. parece más algo totalmente circunstancial. A su vez el conflicto principal con la corrupta empresa petrolera que a su vez es el principal sustento del pueblo no recibe ningún tipo de conclusión, y así, todos los intentos de hacer a esta película interesante para una franja etaria mayor a los 10 años son abandonados (aunque tal vez los productores se dieron cuenta de lo contradictorio que resulta apuntar a las compañías petroleras cuando el film es una larga publicidad de camionetas 4×4).
A pesar de esto, el film se destaca en su elenco, con no solo buenas actuaciones tanto de Lucas Till, quien logra ser interesante a pesar de que por momentos parezca que tiene parálisis facial y no puede sonreír, Jane Levy, a la cual es muy difícil ver en esta decepcionante película luego de sus colaboraciones con Fede Alvarez , Rob Lowe, quien se luce como un imbécil caricaturesco a cargo de Terravex y finalmente Barry Pepper, el sheriff del pueblo y padrastro de Tripp, cuyos intercambios con el joven se llevaron las pocas carcajadas del público.
Para finalizar, Monster Trucks no se asemeja en nada a las clásicas historias de un joven y su perro/criatura fantástica que busca imitar el director Chris Wedge (La Era de Hielo), pero tampoco tiene la profundidad y calidad a la cual nos tienen acostumbrados muchos films infantiles de los últimos años. Pero si lo que buscan es echarse una siesta de 104 minutos en la sala de cine mientras tienen que cuidar a su hermano/sobrino/etc., Monster Trucks tal vez sea lo que están buscando.