El filme costó una fortuna y tuvo varios problemas para llegar a la pantalla, pero propone acción y carcajadas junto a un monstruo amigable.
La producción de Monster Trucks fue muy problemática, estuvo plagada de inconvenientes y el resultado final no convenció a nadie, lo que llevó a los estudios (Paramount, Nickelodeon Movies y Disruption Entertainment) a postergar varias veces su estreno. El producto costó 120 mil millones de dólares y nunca lograron recuperar la exorbitante cifra.
Según rumores, la película fue concebida por el hijo de 4 años de Adam Goodman, exCEO de la Paramount, quien, como buen hombre, no habría tenido mejor idea que dejar al niño que ideara el filme. Con estos antecedentes llega el filme dirigido por Chris Wedge, creador de La era de hielo.
Monster Trucks confirma el rumor, ya que efectivamente parece salida de la mente de un niño, pero de un niño que vio a los grandes exponentes del género “monstruo amigable” y que cuenta con una imaginación desbordante. Si hubieran explotado mejor la idea, podrían haber dado con el inicio una nueva saga infanto-juvenil de monstruos.
Todo comienza cuando, tratando de evadirse de la vida de pueblo, Tripp (Lucas Till), un estudiante a punto de egresar, construye un Monster Truck a partir de piezas de desguace.
Si bien la película no está a la altura de la tradición marginal y desprestigiada en la que se encuentra ubicada, la salva mucho su nobleza, su simpatía, su ternura. Aunque para muchos se trate más bien de una bondad tibia, de poco vuelo, que no termina de encender el motor de la gracia y de activar la empatía del espectador, lo cierto es que Monster Trucks saca una que otra carcajada y hace que los más pequeños se metan de lleno en la historia.
La película es una simpática aventura apta para todo público que respira clase B ochentosa, en la línea de Mi amigo Mac (1988), que logra enganchar y sorprender gracias a sus escenas rimbombantes y ridículas pero siempre atractivas. Por momentos tiene bastante ritmo, aunque hay partes en que se estanca debido a un guion deficiente y muerde la banquina.
Aún así, Monster Trucks aprueba porque cuenta con un monstruo agradable y carismático, a quien el protagonista humano tendrá que salvar de la amenaza en un viaje a toda velocidad sobre cuatro ruedas.