Hay quienes prefieren ver secuencias lógicas que coincidan con sus preconceptos antes que considerar una producción bajo sus reales méritos. Por ese motivo hay quienes han buscado plantear que Monsters University es otro ejemplo en el declive que ha comenzado en Pixar. Esto es, con Cars 2 como su película más fallida a la fecha y Brave como un trabajo que ni siquiera parecía obra de la compañía, la nueva aventura de Mike y Sulley sería la confirmación de una tendencia a la baja. Se ha volcado mucha tinta virtual respecto a este asunto que no solo es una fabricación de los "especialistas", sino que además es el reflejo de cómo para probar un punto se es capaz de ignorar toda evidencia. El motivo de esta afirmación es que la primera precuela de la compañía se inscribe, a las claras, entre los múltiples logros que esta ha tenido hasta la fecha.
Es cierto que no es un clásico animado, como sí lo son la mayoría de las apuestas del estudio, y que no está a la altura de su antecesora Monsters, Inc., no obstante se trata de una apuesta sólida dotada de todos aquellos elementos que han llevado a Pixar a ser lo que es. En principio está repleta de personajes adorables, sean conocidos por el público o no, capaces de arrancar sonrisas al espectador de forma permanente. Esto es porque, al igual que las de superhéroes dejan de ser valoradas simplemente como tales y empiezan a anotarse dentro de géneros como el drama y el suspenso, el estudio no ofrece una película de animación, sino una lograda comedia universitaria construida a partir de ese recurso.
Lo que mal puede entenderse como un repertorio de clichés, es en realidad un homenaje a la tradición del cine norteamericano de décadas atrás, el de las fiestas de estudiantes, las fraternidades, las bromas al decano y la venganza de los nerds, películas que cada vez tienen menor salida –generalmente al formato hogareño- por la evidente falta de recursos. Monsters University los tiene y sabe cómo usarlos, presenta a dos reconocibles amigos inseparables en la época en que eran enemigos jurados y los pone a trabajar juntos en una historia que rebosa de buen humor. Dan Scanlon tiene además el buen tino de evitar los lugares comunes como para ofrecernos un argumento distinto, con algunos lineamientos básicos que permiten hacer correr la trama pero luego dando los giros necesarios como para que se trate de una apuesta diferente, especialmente a medida que se llega al final.
La película tiene además uno de esos grandes lujos que también se da la saga Men in Black, el uso de centenares de personajes extraños que simplemente caminan alejados de la acción, parte de un fondo en el que las figuras son otros. Sí, Monsters University puede tener menos corazón que el que otras producciones animadas del estudio han mostrado, no obstante es una muy buena película que demuestra que no solo hay ideas frescas, sino también que cuando se recuperan otras de años pasados, hay más que la búsqueda de un ingreso seguro y se pueden asumir nuevos riesgos. El origen de la amistad entre Wazowski y Sullivan está muy lejos de ser la evidencia de que la compañía ha entrado en un declive, sino que es todo lo contrario. Pixar está muy lejos de tocar su techo creativo.