La traición a la tradición
Pixar es un estudio de animación que revolucionó para bien la historia del género. Monsters Inc. (2001) fue uno de los títulos más logrados y queridos de dicho estudio. La combinación de comedia de amigos al estilo Martin y Lewis y la ternura infinita que la película poseía era una combinación difícil de resistir. El anuncio de una secuela de un film así podía generar desconfianza, pero teniendo en cuenta los buenos antecedentes de Toy Story y la capacidad de Pixar uno podía ser más abierto. Pero esta vez la confianza ha sido traicionada. El grave problema es que Monster University no es una secuela, sino una precuela. Se le llama precuela a una película realizada después de la original, pero cuya historia transcurre en el pasado de dicho historia. No todas las precuelas están mal, pero hay un problema insalvable en este caso debido a la manera en que los personajes evolucionaban en el film del 2001. Toda la lógica del mundo de Mike y Sullivan se caía cuando conocían a una nena que no les tenía miedo. Todo giraba y no había vuelta atrás. Retroceder la historia a la época en que ambos personajes se conocen en la universidad carece de cualquier valor dramático o interés. Seamos claros: Nada de lo que aprendan tendrá sentido porque ya sabemos que está mal, que es un error, que todas sus certeza se cayeron –para bien- cuando conocieron a la nena en Monsters Inc. Lo único que justificaría este disparate sería, claro, que el discurso del film fuera que en la universidad no se aprende nada bueno. Dudo que esa sea la idea. Para peor, toda la película se construye sobre un océano de clichés universitarios que, aun con tono de parodia, no dejan de ser clichés sumergidos en la más pura rutina. El espectador generoso les regalará algunas risas, pero dependerá mucho de la voluntad del espectador ya que el film por sí mismo no puede hacerlo. Imposible reírse en esta película de Pixar, la menos simpática de toda su historia. Este error conceptual, este pasado sin valor dramático, se ve muy empeorado por un acto deleznable y sin retorno por parte de uno de los dos protagonistas. La redención –obligada- es apresurada y no tiene fuerza alguna. Por primera vez Pixar no solo pierde toda emoción y dramatismo, sino que además hace agua en la ética. El espectador que tenga muy presente Monsters Inc. (2001) entenderá muchas más cosas de Monsters University que aquel que no la recuerde. Pero lamentablemente, podrá comparar ambas y se dará cuenta de cuan decepcionante y poco interesante es esta precuela. Aconsejo buscar una versión con las hermosas voces de Billy Crystal, John Goodman, Steve Buscemi y Helen Mirren. Y quedarse, si tienen ganas, a ver la escena extra al final de los títulos. Pero para ser sinceros, ni siquiera esa escena podrá levantar nuestro ánimo.