Morbius

Crítica de Adrián Monserrat - EscribiendoCine

Jared Leto y un villano carente de pasión

Jared Leto se transforma en vampiro en este film que continúa expandiendo el universo de Spider-Man.

Morbius (2022) fue uno de los productos cinematográficos que más sufrió la pandemia por el COVID-19. Los cambios de fechas y las constantes postergaciones generaron que, una película que se pensó para estrenarse en julio del 2020, llegue casi dos años después a las salas. Luego de siete retrasos, este antihéroe sale a la luz y el resultado final hace sospechar que tanto desgaste lo perjudicó.

Jared Leto se pasa a Marvel para ponerse en la piel del Doctor Michael Morbius, un bioquímico con un intelecto admirable que padece una extraña enfermedad en la sangre. Con el objetivo de poder curarse, Morbius llegará al límite de sus posibilidades. La cura tiene un costo altísimo: pese a sentirse fuerte y con habilidades increíbles, el vampirismo se apodera de él a través de una irresistible necesidad de consumir sangre. A partir de allí, se encuentra entre la espalda y la pared ya que la cura va en contra de su humanidad.

Los sucesivos retrasos debilitaron el producto final. Si bien el film tiene todos los condimentos posibles para poder funcionar, la obra termina resultando una especie de tráiler extenso en donde el desenlace podría desencadenar lo más interesante. Jared Leto está correcto como el Dr. Morbius, al igual que Adria Arjona (Triple frontera), quien ocupa el rol de su interés amoroso. Matt Smith (Última noche en el Soho) es quien rompe todos los moldes y se luce encarnando a un villano que nos va a sorprender.

Este show de vampirismo dirigido por Daniel Espinosa (Protegiendo al enemigo) carece de sentido. Si bien es entretenido, la intención de combinar simbolismos y géneros al introducir un nuevo personaje debe estar muy controlada para que sea efectiva. El comienzo nos recordará el inicio de Doctor Strange: hechicero supremo (Doctor Strange, 2016), el desarrollo nos propone un largometraje de horror con un hombre vampiro sediento de sangre y el acto final, repleto de clichés, intensifica la acción a través de un cumulo de batallas poco atractivas e inentendibles.

Sin dudas, el corte final de Morbius sufrió modificaciones de cómo se ideó desde el origen. Por un lado, el quedar ubicado luego de la última aventura de Peter Parker generó que se revieran algunas decisiones. Por otro lugar, los distintos pases que se habrán efectuado antes del estreno pudieron contribuir para que varias escenas se extraigan. El producto final de Morbius se siente, por momentos, vacío e inconexo (sobre todo entrando a la segunda mitad de la película). Los recortes con el fin de bajar la duración (quedó en una hora y cuarenta y cuatro minutos), y priorizar el entretenimiento en detenimiento de la historia, hicieron que este futuro villano de Spider-Man carezca de pasión y de sangre -vaya ironía: algo indispensable para su funcionamiento-.