Antes de que marzo llegue a su fin, desembarca en las salas de nuestro país la nueva apuesta pochoclera de la mano de Sony y Marvel. La multinacional japonesa continua su idea de adaptar al cine las historias de villanos del universo conocido como Spider-verse, y en esta oportunidad es el turno de «Morbius». Protagonizada por el amado y odiado Jared Leto, la cinta relata la historia del doctor Michael Morbius, un bioquímico que sufre una extraña enfermedad en la sangre. Al intentar curarse y dar una respuesta a su trastorno, se infecta con una particular forma de vampirismo.
Antes de seguir ahondando en el contenido de la película, conozcamos un poco del contexto. Existen muchos motivos por lo que la producción está siendo recibida con mucho malestar por parte de los fanáticos y la crítica. El principal inconveniente es su retraso. La fecha original de estreno era julio del 2020 pero, 7 retrasos después, terminó siendo esta semana sumando un total de casi dos años de espera. En el medio aconteció el segundo motivo de incomodidad: a finales del pasado año, llegó a la pantalla grande «Spider-man: No way home». El enorme éxito de taquilla del crossover arácnido dejó la vara demasiado alta. Llegar inmediatamente después, con un metraje dedicado a un personaje desconocido por la mayoría y sin mucho que aportar al multiverso, resulta perjudicial. Por último, el tercer factor que influye negativamente es que durante todo ese tiempo en stand bye, fluyeron rumores de todo tipo en torno a lo que pasaría en el film. A fin de cuentas, tanto revuelo e hipótesis terminaron en decepción para la mayoría ya que no se trata de una cinta abundante de fan service.
Por otra parte, comienza a engendrarse un problema que ya varias producciones pertenecientes al universo cinematográfico de Marvel (UCM) han sufrido. El haber entregado películas tan gigantes como lo fueron las últimas dos de «Avengers» y la ya mencionada «Spider-man», se convirtió en algo difícil de repetir. El público espera que los estudios redoblen la apuesta y originen películas cada vez más grandes, llenas de personajes e historias a nivel macro. Frente a esta realidad, traer cintas más pequeñas de nuevos personajes en solitario, termina siendo una jugada arriesgada que tiene muchas chances de no estar a la altura. Eso no quiere decir que necesariamente sean películas de mala calidad, simplemente no coinciden con lo que el público se espera. Analicemos el caso particular de «Morbius» para entender un poco más a qué nos referimos.
El largometraje es una historia de origen. Vemos cómo es que un bioquímico agonizante se convierte en una especie de vampiro y, junto a él, descubrimos cuáles son sus habilidades y problemáticas. El objetivo primordial es presentar al personaje y establecerlo dentro de lo que ya conocemos. Jared Leto es un actor inestable que disfruta de grandes aciertos y grandes errores. Aquí, realiza una correcta interpretación del doctor y es quien mantiene a flote el relato. Lamentablemente la historia no lo acompaña y cuenta con varios traspiés de guion. Solo por nombrar algunos: se nos presenta un antagonista sin motivaciones claras que pasa sin pena ni gloria – aunque hay que admitir que Matt Smith tiene carisma y reaviva ciertos momentos -. Otro detalle negativo es el poco peso dramático de sus personajes secundarios. Incluso el gran Jared Harris se ve limitado en su participación. Esa situación podría haber tenido otro resultado si se dedicaba varios minutos más a la construcción del primer acto, donde se expresa el vínculo entre personajes. La escasa duración de 104 minutos (actualmente las películas de superhéroes no bajan de los 120) evidencian que el estudio fue decisivo a la hora de recortar escenas. En consecuencia, la primera etapa se siente apresurada y el espectador no logra empatizar con los protagonistas por lo que pase lo que les pase, poco interesa.
Dejando de lado ese aspecto de la obra, en términos visuales sí nos brinda un buen espectáculo. En líneas generales el CGI es bueno. La construcción de la apariencia de Morbius y la forma de representar sus poderes es acertada. Logran generar una imagen atractiva y que se diferencia de muchas otras películas ya vistas. Tal vez, en secuencias de pelea se torne un poco confusa la imagen, pero no llega a los niveles de desbarajuste que tienen películas como «Venom» o «Transformers». Un recurso muy utilizado es el slow motion, lo cual nos regala imágenes impactantes que hacen ver las habilidades del vampiro como lo más cool de los últimos tiempos. Lamentablemente, se vuelve un poco repetitiva y termina siendo desfavorable.
En cuanto al tono general del film, podemos decir que no busca ser una repetición del clásico estilo Marvel con acción, humor y un poco de drama. Se toma a sí misma como una historia seria y cuenta con muy pequeñas dosis de comedia. Incluso tiene momentos que se acercan al terror que están bien ejecutados.
En conclusión, «Morbius» es un nuevo intento de Sony por aprovechar el asombroso éxito del universo arácnido, colgándose de los triunfos de Marvel. Con varios problemas de guion y una profunda falta de emocionalidad, busca satisfacer al público con buenas visuales y promesas a futuro. Una vez más, el villano devenido en héroe momentáneo invadirá las pantallas e intentará ganarse nuestros corazones. Para un mejor disfrute, recomendamos ir a las salas sin demasiadas expectativas. No olviden quedarse hasta al final porque hay sorpresas.