Dark Blood.
¡Por fin el Morbius de Jared Leto vio la luz! El archienemigo de Spiderman también es blanco de una historia en solitario, como ahora se estila con todos los personajes de la franquicia marvelita. El film, como tantos otros, indaga los orígenes de este ser devenido en vampiro (con ADN de murciélago). Indaga la niñez de un chico con un grave trastorno sanguíneo que lo impulsa en su madurez a convertirse en un doctor genio que tiene como única finalidad encontrar la cura de su enfermedad (que también debilita sus articulaciones).
En medio de esta intensa tarea, Morbius es merecedor de un Nobel debido a que crea sangre artificial que contiene las mismas propiedades que la humana, pero no cumple con el cometido de sanar su estado y el de su amigo Milo (Matt Smith). Por lo que sigue con su intensa investigación junto a la Doctora Martine Bancroft (Adria Arjona), a su vez un interés amoroso del monstruo vampiro. Cuando cree tener el suero mágico, lo prueba consigo mismo y esto desata la transformación del correcto Doctor Michael Morbius. Ojos rojos, colmillos afilados y una sed de sangre insaciable. ¿Evoluciona? en una especie mutante al que le cuesta mantener el control de su lado animal.
Comencemos por Leto, para sorpresa del espectador no está sobreactuado, por el contrario, lo vemos contenido, correcto, creíble en su papel de niño sufrido que emana una oscuridad insoportable. Otro punto a favor es la construcción del vampiro, lejos de un romanticismo a lo Drácula, Morbius adquiere superpoderes y un físico extraordinario; y en su conducta explosiva y agresiva se refleja esa dolencia corporal y física contenida por años. Festín de sangre.
Pero… cuesta mucho desde lo narrativo. La historia conductora tiene grandes vacíos, lo cual resta para que entendamos las motivaciones del futuro malhechor para seguir sosteniendo su nueva condición. Así como quedan desdibujadas las intenciones de su fiel amigo Milo. Y a pesar de que los FX lucen bien, la apoteótica pelea final (característica de Marvel) no lo es tal. Es sosa, poco atractiva y un tanto incomprensible. A no levantarse de la butaca, porque hay dos escenas posts créditos que arrojan un haz de luz al futuro del multiverso (los Seis Siniestros asoman).