Un vampiro de laboratorio no tiene el romanticismo de un vampiro clásico. Toda mitología termina donde empieza la ciencia. Y la presentación de Morbius en el SSU (Universo de Spider-Man de Sony) es eso: una fórmula aplicada. La película no intenta actualizar al héroe trágico del gótico, sino que toma su iconografía para crear una figura monstruosa sin relieve. Es el paso de un ser maldito, sofisticado y orgulloso a un ser maldito, acomplejado y lleno de culpa. Si para Drácula la maldición era la eternidad, no poder morir, para Morbius el vampirismo es una maldición en sí, solo desea no matar. Es un engendro en la era de la corrección política.