Bienvenidos al festival Depp
Pese a su bigote, Depp es hilarante. La película es una fiesta para los que lo quieren.
Que los antecedentes no cuentan es tan cierto como que lo que uno hizo -y estamos hablando de cine- fundamenta lo que hará a futuro.
David Koepp, que supo vivir en Mar del Plata, director de esta delirante comedia de acción, con más humor que acción, escribió los guiones de la primera Jurassic Park, la primera El Hombre Araña, la primera Misión: Imposible. Como realizador, ya había dirigido a Johnny Depp en su adaptación de la novela de Stephen King La ventana secreta. A excepción de El diario, el filme de Ron Howard, casi no había probado con la comedia.
Y en Mortdecai: El artista del engaño el disparate es tal que por momentos el protagonista, con los tics de Johnny Depp, parece surgido de Todo x 2 pesos.
Depp interpreta -es una manera de decir, porque se bambolea, hace caritas y camina como si fuera un dibujo animado de Looney Tunes- a un egocéntrico millonario en bancarrota, que se dedica a traficar obras de arte. Desaparece un Goya y, acuciado por la deuda al fisco británico, transa con un agente del MI5 (Ewan McGregor): buscará ese lienzo, detrás del cual se develaría dónde se esconde una fortuna nazi.
Mortdecai va y viaja, cual un Bond que patina. Empieza en Hong Kong, sigue por Londres, pasa por Moscú y Los Angeles. Tiene un asistente (Paul Bettany), como si fueran el inspector Clouseau y Cato. Se enfrenta a viles de distintas nacionalidades, terroristas y, tal vez lo peor, a un distanciamiento con su amada esposa (Gwyneth Paltrow). Así y todo, debe encontrar la pintura.
Los comentarios previos al filme -no hay ni una crítica publicada: la Argentina es de los primeros países en estrenarla- eran tan peyorativos que tal vez por eso, esperando lo peor, uno se encuentra con un filme desparejo en su humor, pero regocijante en su estilo, entretenido y con algunos gags muy bien logrados.
Que es un festival Depp, de eso no hay duda. En La ventana secreta Depp no parecía Depp como ese escritor atribulado. Aquí Koepp lo dejó crear a sus anchas. Podemos ver a Jack Sparrow, de Piratas del Caribe, a Willy Wonka, a Ed Wood.
Todos los Depp, como en una mesa de saldos, en versión satírica, en una sola película. Es una ganga.