Un clásico policial negro
Después de Gangsters y El muelle , Olivier Marchal -uno de los directores más taquilleros del cine francés de la última década- continúa demostrando toda su capacidad narrativa y su categoría visual dentro del policial negro con MR 73: La última misión , otra incursión en el universo de detectives quebrados y asesinos seriales para la que contó una vez más con el aporte del gran Daniel Auteuil.
Auteuil interpreta a Louis Schneider, un veterano detective que supo tener épocas de gloria y que hoy está consumido por las penas, la soledad (su esposa está en estado vegetativo) y el alcohol. Tras secuestrar en una de sus borracheras un colectivo de la ciudad de Marsella, es degradado a una tarea nocturna y burocrática, mientras se sucede una ola de crímenes sexuales y el sector más corrupto de la fuerza policial aprovecha para ganar terreno. El intrincado rompecabezas se completa con otras piezas clave: una encumbrada agente (Catherine Marchal) que trata de ayudar al protagonista, un asesino (Philippe Nahon) que está a punto de salir de la cárcel, y una joven embarazada (Olivia Bonamy) que 25 años atrás, siendo una niña, perdió a sus padres a manos de ese delincuente que pronto estará en libertad.
La película sostiene en buena parte de sus dos horas la tensión y el suspenso, pero dilapida parte de sus logros con sus excesos de una violencia demasiado gráfica, sus simbolismos obvios, varias subtramas que no terminan de entrelazarse con fluidez, ciertos lugares comunes sobre los derroteros de seres torturados en busca de la redención, y una polémica aproximación al siempre conflictivo tema del "ojo por ojo" y la venganza por mano propia. De todas formas, sus logros formales, sus climas y la imponente presencia de su actor protagónico la convierten en un digno referente dentro de un género clásico en la historia del cine francés.