Este es el primer protagónico de Ricardo “Chino” Darín que se atreve a meterse en el mundo gay.
Todo gira en torno al asesinato de Jaime Figueroa Alcorta (Martín Wullich) un hombre de la Alta Sociedad que vive en la zona de Recoleta y es coleccionista de arte. Este crimen pudo ser: pasional, por un ajuste de cuentas, por drogas o por alguna otra razón que hay que develar. Se desarrolla en 1989 donde el país se encontraba con cortes de luz programados y en pleno proceso hiperinflacionario. La primera persona que se encuentra en la escena del crimen es un joven policía, el Agente Gómez, alias “El Ganso” (Ricardo “Chino Darín, lo del apodo queda para que lo descubra el espectador, como otras situaciones), y quien toma el caso es el experimentado Inspector Chávez (el mexicano Demian Bichir, “Una vida mejor”, “Machete Kills”), acompañado por Dolores Petric, oficial y compañera de Chávez (Mónica Antonópulos, “Cuestión de principios”) y el Comisario San Filippo (Hugo Arana), entre otros.
En un principio quien no pertenece al grupo es el Agente Gómez, por ser aprendiz, pero lentamente será parte del mismo, ganará su confianza y se meterá en la investigación como carnada. Los policías se encontrarán frente a ocultamientos y varias dificultades. Blanca Figueroa Alcorta, hermana de la víctima (Luisa Kuliok, apenas una participación) y el Juez Morales (Emilio Disi, esta correcto) no quieren que la prensa tome el caso y la búsqueda debe ser silenciosa y cautelosa. A medida que avanza la investigación nos introducimos en: la corrupción y los vínculos de la víctima cuyo apodo era “copito” y frecuentaba el submundo gay, además se muestra la noche de Buenos Aires. Todo se encuentra envuelto en secretos; él concurría a la disco “Manila” cuyo dueño es Calígula Moyano (Humberto Tortonese, en un personaje desaprovechado) y allí mantenía una relación con Kevin “Carlos” González, cantante de ese lugar (Carlos Casella, excelente su participación).
Esta es la ópera prima de la directora Natalia Meta (Productora "Las Acacias"), que logra una buena reconstrucción de los años 80 (con algunos excesos), una banda sonora con temas de la época, muy buena labor de fotografía mostrando: la noche de la ciudad, las vanidades, la sexualidad, la corrupción, policial y judicial, donde cada uno de los personajes tienen su secreto, posee un gran gasto de producción y lo técnico está bien logrado. Intenta ser un policial oscuro y sórdido pero no logra atrapar. un derroche de recursos como: la suelta de caballos en plena Diagonal Sur, escenas insólitas, un argumento y diálogos que resultan pobres, le falta tensión, demasiado cuidado lo estético y da la sensación que se descuidó el guión.
El actor Ricardo “Chino” Darín se luce en su primer protagónico aprovechando bien la cámara, el muy buen actor Damián Bichir compone un policía rudo que con el correr de los minutos y por querer hacer desaparecer su acento, su personaje se vuelve pobre. Mónica Antonópulos está correcta, luce muy sexy y su vestuario es exagerado para la época, el resto de los personajes son: Ana, esposa de Chávez (Jorgelina Aruzzi); Doctor Anchorena, médico forense (Fabián Arenillas); El sastre (Gino Renni); Miguel, hijo del Inspector Chávez (Nehuén Penzotti); Hombre de polo (Arturo Goetz) y Hombre de Manila (Maxi Diorio).