Muerte en el Nilo

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Muerte en el Nilo trae de regreso al Kenneth Branagh inspirado que resucitó con Belfast el año pasado y brilló por su ausencia en el desastre de Artemis Fowl, la peor obra de su carrera, dentro de las propuestas más comerciales de su filmografía.

Ya desde la secuencia inicial ambientada en la Primer Guerra Mundial, que expande los orígenes de Hércules Poirot, se puede percibir que Branagh le puso más onda a este proyecto y como actor disfruta encarnar al famoso detective.

La adaptación de esta novela de Agatha Christie contaba con la gran desventaja de pertenecer a los misterios más célebres del personaje que encima ofreció un clásico del cine. La versión de 1978, dirigida por John Guillermin tuvo en el reparto un Dream Team de estrellas de Hollywood de ese momento, donde se lucieron Peter Ustinov (como Poirot), Maggie Smith, Bette Davis, David Niven, Angela Landsbury, Jack Warden y George Kennedy.

El film de Branagh no contó con esa ventaja e inclusive el peso de las figuras es menos atractivo que el elenco reunido en Asesinato en el Oriente Express del 2017. Esta vez hay que conformarse con Gal Gadot, Annete Benning, Armie Hammer, Letitia Wright (la hermana de Black Panther), Russell Brand, y caras conocidas de series de televisión, como Rose Leslie (Dowtown Abbey) y Emma Mackey (Sex Education), que son artistas estupendas pero no forman parte de las estrellas famosas del cine norteamericano.Tal vez faltó una Lady Gaga o Nicole Kidman para mantener la tradición de las grandes figuras en las adaptaciones de Christie.

Pese a todo, el director consigue que el espectáculo no sólo sea entretenido para el público que descubrirá esta historia por primera vez, sino también para los fans de Christie que inevitablemente conocen la resolución del misterio.

Un detalle notable de esta versión es que continúa por expandir los orígenes de Poirot al mismo tiempo que adapta el material para el público del siglo 21 con un acento notable en el tema de la diversidad y la representación de las minorías.

Lo interesante del caso es que Branagh acerca la historia a las sensibilidades culturales de la actualidad pero no le toca una coma al texto original de Christie que mantiene su premisa intacta.

Con un gran dominio del suspenso en la narración la trama resulta atrapante y se disfruta por la labor del reparto, donde se destacan especialmente Kenneth como Poirot y Emma Mackey. Desde los aspectos técnicos Muerte en el Nilo sobresale por la puesta en escena de las locaciones que evoca el tipo de cine lujoso que solía ofrecer Hollywood en décadas pasadas.

Si disfrutaron la entrega previa en el nuevo film encontrarán la misma clase de entretenimiento con un Kenneth Branagh que le aporta su propia personalidad a la adaptación a la vez que le hace justicia al material original.