Hércules Poirot deberá resolver un nuevo misterio en “MUERTE EN EL NILO”. Tras demoras y escándalos llega de una vez por todas a la pantalla grande la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Agatha Christie.
Las vacaciones del detective belga Hércules Poirot a bordo de un glamoroso barco de vapor en Egipto se convierten en una aterradora búsqueda de un asesino, mientras que la luna de miel idílica de una pareja perfecta se ve trágicamente interrumpida. Ambientada en un paisaje épico de amplias vistas del desierto y las majestuosas pirámides de Giza, esta historia de pasión desenfrenada y celos presenta un grupo cosmopolita de viajeros impecablemente vestidos, y los suficientes giros inesperados como para dejarnos inquietos y desconcertados hasta el impactante desenlace.
Kenneth Branagh es un ávido realizador de cine que recientemente sumó a su ferviente pasión por Shakespeare, las aventuras de Agatha Christie. Se desempeña nuevamente como director y protagonista, interpretando al detective más famoso de la autora, como ya lo hizo en “Asesinato en el Expreso de Oriente” (2017). Branagh guía hábilmente, tanto desde la dirección como en su rol protagónico, a un elenco estelar que incluye a Gal Gadot, Armie Hammer, Emma Mackey, Russell Brand, Annette Bening, entre otros. Con sus tiempos en pantalla bien divididos, todos construyen personajes muy interesantes y ambiguos que nos hacen sospechar hasta el último minuto. Mención especial Emma Mackey (“Sex Education'') que sorprende con un papel complejo, alejado de los roles en los que la vimos.
El guion es sólido y nos atrapa con giros interesantes. Más allá de la genialidad de la historia de Christie, la adaptación está muy bien lograda, con diálogos bien construidos y ‘gags’ que entran en los momentos justos. La fotografía de la película es hermosa y resalta la grandeza de Egipto. Hay un gran uso del lenguaje cinematográfico, que al espectador más cinéfilo le hará recordar a otras grandes películas. Por momentos, sentí alguna inspiración en la obra maestra de Francis Ford Coppola, "Apocalypse Now" (1979), con el barco avanzando por el río, los atardeceres naranjas, juegos de sombras, naturaleza y la gente local. La tranquilidad del paisaje contrasta con la vorágine de lo que sucede a bordo. Sin embargo, en algunas locaciones es muy notable el abuso de CGI, lo que hace tambalear la veracidad de los hechos y nos distancia un poco de la acción.
A pesar de que en esta temporada de premios el ojo estará puesto en “Belfast”, el más reciente (y nominado al Oscar) largometraje del director; este film no merece ser pasado por alto. “MUERTE EN EL NILO” nos regala dos horas muy atrapantes y a puro misterio que merecen ser vistas en la oscuridad del cine.
Por Matías Villanueva