Una nueva y atrapante adaptación del clásico, con un elenco a la altura de una puesta que privilegia lo sensorial, la generación de atmósferas y el duelo entre los protagonistas para dilucidar quién cometió el crimen más inesperado en medio de las ancestrales aguas del río egipcio. Un espectáculo visual con una entrañable, una vez más, intepretación de Kenneth Branagh como Poirot.