La protagonista es una mujer china, de origen asiático pero nacida y criada en la Argentina. No habla el idioma pero físicamente es asiática, con lo cual tiene un duelo cotidiano, ¿no? No está exactamente inmersa en ninguno de los dos mundos. Cuando está entre los chinos, no los entiende ni la entienden a ella y cuando está en un mundo occidental, por donde se la mire ella es diferente”. La protagonista “termina involucrándose con algunos elementos policiales con lo que es la mafia china instalada en el país. En un momento huye al campo y se encuentra con un campo que mutó, que ya no es el que conocemos y que está vacío. Lo único que hay son conejos, unos conejos que se volvieron carnívoros.