Con las increíbles imágenes de Islandia, filmada con preciosismo, Mujer en guerra es una extraña suma de asuntos con resultado más que estimulante. Un drama ambientalista, y una comedia con toques musicales, y por sobre todo, la crónica de la vida de una mujer, Halla, que es muchas a la vez.
Los seguidores de la serie Trapped seguramente se van a sentir en terreno común, sobre todo de su segunda temporada. Porque Halla (Halldóra Geirharosdottir, en doble papel, porque interpreta también a su hermana gemela), con sus rutinas suaves, su dirección de un coro, su casa impecable, es también una activista apasionada, a quien llaman La Mujer de la Montaña. Cuyas acciones van de actos de vandalismo a planes más grandes para desbaratar la alianza entre el gobierno y la industria local del aluminio, para la construcción de una nueva planta. Hay momentos absurdos e hilarantes, siempre inteligentes, en esa crónica. Que encuentra un punto de quiebre cuando Halla recibe la noticia de que se aprobó su antiguo trámite de adopción. Y que en Ucrania, una niñita huérfana, sola en el mundo, la espera.